El presidente brasileño, Michel Temer, y su familia renunciaron a vivir en el Palacio da Alvorada –la residencia oficial del jefe de Estado- por ser “demasiado grande y estar demasiado lejos”, apenas 11 días después de entrar a vivir en el futurista edificio diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer.
Temer, de 76 años, se había mudado al edificio el 17 de febrero junto a su esposa, Marcela Temer, de 33 años, y su hijo en común, ‘Michelzinho’, de siete, pero durante las festividades del Carnaval decidieron volver al Palacio de Jaburú, la residencia del vicepresidente de Brasil.
El entorno del presidente de Brasil dijo a la prensa que la familia considera “demasiado grande y demasiado lejos” el Palacio da Alvorada, y que el Jaburú es “más acogedor”.
La salida de la residencia oficial se produce en medio de polémica, pues la primera dama, Marcela Temer, una modelo 43 años más joven que su esposo, había exigido cambiar parte de la decoración de la residencia oficial brasileña antes de mudarse.
Se gastaron 20 mil reales (unos seis mil dólares) en cambiar parte del mobiliario y en instalar una red en uno de los balcones, con el objetivo que el pequeño ‘Michelzinho’ no corriera peligro.
La vida de la familia del presidente de Brasil –que ascendió al cargo cuando era vicepresidente y tras la destitución por juicio político de Dilma Rousseff- es seguida por interés por la prensa del corazón brasileña y por los diarios, aunque Temer quiso alejar de los focos a su esposa e hijo menor.