Miembros de la familia de un inmigrante indocumentado que murió en el 2010 luego de un brutal encuentro con agentes fronterizos federales que fue grabado en cámara alcanzaron un acuerdo en su demanda por un millón de dólares contra el Gobierno de Estados Unidos, mostraron documentos judiciales.
Imágenes que muestran a un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza usando al menos cuatro veces un inmovilizador eléctrico contra Anastacio Rojas Hernández mientras éste yace en el suelo esposado y rodeado por casi una docena de uniformados han sido ampliamente difundidas y aparecen en un documental de la PBS sobre muertes en la frontera.
Los cinco hijos de Rojas Hernández demandaron al Departamento de Seguridad Nacional y a los agentes por la muerte de su padre.
Documentos judiciales presentados esta semana indican que los niños compartirán el acuerdo por unos 750 mil dólares. Su madre, María Puga, no recibirá nada y los abogados de la familia obtendrán 250 mil dólares.
Rojas Hernández, de 42 años, y su hermano fueron arrestados por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos el 28 de mayo del 2010, después de que fueron sorprendidos cruzando la frontera desde México en las montañas al este de San Diego.
La demanda, presentada en enero del 2011, rechazó las afirmaciones de las autoridades federales de que el hombre se puso agresivo, alegando que Rojas Hernández fue víctima deabusos cuando pidió ver a un juez de inmigración.
Un agente fronterizo respondió azotándolo contra un muro y patéandolo tan fuerte en los tobillos que reabrió una herida quirúrgica que tenía en la parte baja de la pierna, según lademanda.
Rojas Hernández, quien vivió en el área de San Diego por más de una década, fue luego llevado a un paso fronterizo para una deportación sumaria y fue atacado por un grupo de agentes en el lugar cuando exigió nuevamente atención médica y una audiencia ante un juez, dice la demanda.