La UE y el Reino Unido se hallaban este lunes cerca de un acuerdo para cerrar la última fase de sus negociaciones de ruptura, incluido el tema irlandés, lo que daría paso a las negociaciones comerciales que tanto reclama Londres.
La primera ministra británica Theresa May fue recibida por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para un crucial “almuerzo de trabajo” en el que puede cerrarse un acuerdo de principio sobre las modalidades del divorcio entre Londres y la UE, programado para fines de marzo de 2019.
May se entrevista luego, con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien le pidió el viernes que “pusiera sobre la mesa, a más tardar el 4 de diciembre, su oferta final” para que sea evaluada en la próxima cumbre europea del 15 de diciembre.
Tusk no escondió este lunes su optimismo y consideró que la Unión Europea y el Reino Unido se “acercan” a un acuerdo en las negociaciones sobre el Brexit, después de una “alentadora” entrevista con el primer ministro irlandés Leo Varadkar.
La negociación sobre el precio a pagar por la separación parece bien encaminada, aunque queda pendiente también el futuro de los ciudadanos extranjeros tras el Brexit así como el de la frontera irlandesa, considerado ahora como el tema más complejo.
Que haya “progresos suficientes” en estos temas es la condición para que los 27 abran una segunda fase de negociaciones, que incluya la futura relación entre Londres y la UE, en particular en el ámbito comercial.
Reino Unido tiene prisa en que se llegue a esta segunda fase, esencial para el país, pero los europeos exigen antes compromisos definitivos sobre las modalidades de la ruptura.
En caso de que así fuera, las negociaciones comerciales podrían iniciarse en enero. En caso contrario, podrían postergarse “a febrero o marzo”, según una fuente diplomática.
Según algunos medios de prensa, habría acuerdo sobre el coste financiero del divorcio, entre 45 y 55 mil millones de euros, para hacer frente a todos los compromisos pendientes de Reino Unidos en la UE.
La información fue desmentida por ambas partes, pero Londres “presentó propuestas muy cercanas a las exigencias de los 27 Estados miembros”, admitió el comisario europeo Phil Hogan.