El indulto del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, al exmandatario Alberto Fujimori por Navidad comenzó este martes a cobrarse sus primeras consecuencias, como las renuncias de funcionarios y congresistas y las primeras acciones de organizaciones de derechos humanos para devolverlo a prisión.
Dos días después del indulto y derecho de gracia a Fujimori, presentaron su renuncia el director general de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Roger Rodríguez; el secretario técnico de la Comisión Multisectorial de Alto Nivel sobre Paz, Reparación y Reconciliación (CMAN), Daniel Sánchez; y la responsable del Programa de Reparaciones Simbólicas de esa comisión, Katherine Valenzuela.
En sus cartas de renuncia, publicadas por el diario La República, Rodríguez manifestó que Fujimori “no calificaba para la concesión de un indulto humanitario”, mientras que Sánchez señaló que le resulta “insostenible permanecer en la institución y, en un contexto así, vergonzoso, representar a una oficina que dialoga permanentemente con las víctimas”.
Durante el día también formalizó su renuncia a la bancada del oficialismo el legislador Alberto de Belaúnde y se espera que en los próximos días lo hagan Vicente Zeballos, quien actuaba como portavoz del grupo, y Gino Costa.
Por su parte, la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh) pidió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) que solicite al Estado peruano información sobre el indulto y derecho de gracia otorgados a Fujimori y que convoque a una audiencia pública de supervisión de cumplimiento de condena.
Aprodeh hizo la solicitud como representantes de las víctimas del caso La Cantuta, uno de los procesos por los que Fujimori fue condenado a 25 años de cárcel en 2009.
En 1992, el grupo militar encubierto Colina ingresó a los dormitorios de la universidad La Cantuta, en Lima, y se llevó a nueve estudiantes y un profesor, bajo sospechas de supuestos vínculos subversivos, sin que se vuelva a saber de su paradero.
El abogado Carlos Rivera, del Instituto de Defensa Legal (IDL) y quien defendió a los familiares de las víctimas de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, informó hoy que se ha hecho llegar un informe a la CorteIDH sobre el “ilegal indulto” al exmandatario y solicitó una audiencia de supervisión de cumplimiento de condena.
En medio de ese clima, Alberto Fujimori pidió perdón, en un vídeo colgado en Facebook, por haber “defraudado” a una parte de sus compatriotas durante su Gobierno (1990-2000) y agradeció el indulto.
“Soy consciente que los resultados durante mi Gobierno de una parte fueron bien recibidos, pero reconozco, por otro lado, que he defraudado también a otros compatriotas. A ellos les pido perdón de todo corazón”, dijo el expresidente desde la clínica donde permanece internado desde el viernes pasado.
Kuczynski firmó el indulto solo tres días después de evitar su destitución por el Congreso, por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, gracias a la abstención de un grupo de diez fujimoristas liderados por Kenji Fujimori, hijo menor de Alberto, que anteriormente había pedido al mandatario indultar a su padre.
En un mensaje televisado, Kuczynski llamó el lunes “errores” a los delitos de lesa humanidad por los que fue condenado Fujimori.
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos aseguró hoy que “se actuó con veracidad y apego a las normas” en el proceso de indulto.
En un comunicado oficial, el ente aseguró que en la decisión “se respetó la atribución constitucional del presidente para conceder indulto humanitario y derecho de gracia”.
La Comisión de Gracias Presidenciales llegó a la conclusión de que el exgobernante es “una persona que padece de una enfermedad no terminal grave, que se encuentra en etapa avanzada, progresiva, degenerativa e incurable”.
Además, que las condiciones carcelarias colocaban “en grave riesgo su vida, salud e integridad”, por lo que recomendó la concesión del indulto y derecho de gracia por razones humanitarias.
No obstante, Fujimori tenía una celda con todas las comodidades para no agravar su salud, aseguró a Efe la congresista Indira Huilca.
La parlamentaria del izquierdista Nuevo Perú, que visitó la celda de Fujimori junto a su compañera Marisa Glave después de que se diera el indulto, constató que el exmandatario disponía de tres ambientes equipados con una cama ortopédica regulable, un tanque de oxígeno, televisor, teléfono, cocina y una biblioteca.
“Son espacios de excepción para un reo en nuestro país”, afirmó Huilca en referencia a las precarias condiciones carcelarias de los presos en Perú.