Un sismo de magnitud 5.2 grados en la escala Richter sacudió el norte de Irán sin causar daños materiales severos, pero sí la muerte de dos personas y heridas a más de 100, y pánico generalizado, ya que el país aún se recupera del terremoto que dejó más de 500 muertos el mes pasado.
El Centro Sismológico del Instituto de Geofísica de la Universidad de Teherán indicó que el temblor se produjo minutos antes de la medianoche del miércoles a una profundidad de siete kilómetros en la frontera entre las provincias iraníes de Teherán y Alborz.
El movimiento telúrico fue sentido con mayor intensidad en Malard, en Teherán, ya que el epicentro del sismo tuvo lugar a tres kilómetros de distancia de esa ciudad, aunque también lo percibieron los habitantes de los núcleos urbanos de Karaj, Qom, Qazvin y Arak.
“Pedimos a la gente que mantenga la calma, ya que el tráfico en sí mismo podría crear problemas”, afirmó este jueves Mortza Redmare, de la Media Luna Roja iraní, durante una entrevista transmitida por el canal televisivo PressTv.
El terremoto generó pánico en los residentes de la provincia de Teherán, lo que provocó que las personas salieran a las calles y lugares públicos, recordando aún el sismo de magnitud 7.1 grados que golpeó a la provincia de Kermanshah y dejó más de 500 muertos y extensos daños materiales el pasado 11 de noviembre.
En declaraciones a la agencia de noticias IRNA, el jefe del Instituto de Sismología de Irán, Alí Moradi, descartó el riesgo de que haya un gran terremoto en la ciudad capital del país, debido a que ya se han registrado varias réplicas del temblor de 5.2 grados que se sintió en un total de seis provincias del país.
Mientras tanto, las fuerzas policiales, los bomberos, los equipos de operaciones de rescate y los organismos de gestión de crisis en la provincia de Teherán, la más afectada, están en alerta y han instado a la gente a permanecer calmada, pero cautelosa.