La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, consideró este lunes un “insulto” el voto en la ONU de una resolución contraria al reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y aseguró que Washington no lo olvidará.
“Lo que hemos visto hoy en el Consejo de Seguridad es un insulto. No será olvidado”, dijo Haley después de vetar el texto, que pedía a su país dar marcha atrás a la decisión sobre Jerusalén.
La embajadora defendió la medida de su presidente, Donald Trump, e insistió en que “ningún país va a decir a Estados Unidos dónde podemos poner nuestra embajada”.
Según Haley, de manera implícita el texto responsabilizaba a Estados Unidos de perjudicar las perspectivas de paz en Oriente Medio, algo que consideró una “acusación indignante”.
“Un proceso de paz dañado por el simple reconocimiento de que Jerusalén es la capital de Israel no es un proceso de paz, es una justificación para un bloqueo interminable”, defendió.
Desde hace décadas, la ONU y el grueso de la comunidad internacional consideran que el estatus final de Jerusalén debe ser acordado en un proceso de paz entre israelíes y palestinos, suspendido desde hace años.
El veto de este lunes es el primero que ejerce Estados Unidos en el Consejo de Seguridad bajo la Administración de Trump, pues el último uso de este mecanismo por parte de Washington se remonta a 2011.
“El hecho de que este veto se haga en defensa de la soberanía de Estados Unidos y en defensa del papel de EEUU en el proceso de paz de Oriente Medio no es motivo de vergüenza para nosotros, debería serlo para el resto del Consejo de Seguridad”, insistió.