Estados Unidos reiteró este viernes su disposición a negociar con Corea del Norte, pero dejó claro que sólo lo hará si el régimen de Pyongyang detiene antes sus acciones amenazadoras.
“Corea del Norte debe ganarse su vuelta a la mesa” de negociaciones, resumió el jefe de la diplomacia estadunidense, Rex Tillerson, durante una reunión ministerial del Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta semana, Tillerson había asegurado que su país está dispuesto a dialogar sin poner condiciones previas, lo que fue interpretado por muchos analistas como un cambio de postura frente a la línea dura mantenida hasta ahora por el gobierno de Donald Trump.
Hasta ahora, Trump se ha mostrado muy reticente a un diálogo, llegando a asegurar el pasado octubre que Tillerson “pierde el tiempo tratando” de negociar con el régimen de Kim Jong-un.
Aunque en sus palabras el pasado martes el secretario de Estado ya subrayaba que era necesario un periodo de calma, sin ensayos armamentísticos norcoreanos, para que esas negociaciones pudiesen comenzar, hoy fue más claro, después de que desde la Casa Blanca se matizase su mensaje.
“Un cese sostenido del comportamiento amenazador de Corea del Norte debe producirse antes de que las negociaciones puedan comenzar”, señaló en su discurso, sin dar más detalles.
Preguntado después por los periodistas, Tillerson evitó ser más preciso, pero insistió en que, por su parte, Estados Unidos no aceptará ninguna condición previa para negociar.
China y Rusia proponen desde hace meses un compromiso para tratar de revivir el diálogo, que se iniciaría con una suspensión en paralelo de los ensayos norcoreanos y de los ejercicios militares en la región de Estados Unidos y sus aliados.
Tillerson volvió a rechazar este viernes esa opción y cualquier otra que imponga a su país condiciones, pero insistió en que los “canales de comunicación permanecen abiertos”.
“Corea del Norte sabe que están abiertos. Saben dónde está la puerta. Saben por dónde tienen que caminar cuando quieran hablar”, apuntó.
La reunión del Consejo de Seguridad, impulsada por Japón, tuvo como gran novedad la participación de Pyongyang, que habitualmente evita estos encuentros.
El embajador de Corea del Norte ante la ONU, Ja Song Nam, aprovechó su presencia en la sesión para denunciar el arsenal nuclear de Estados Unidos y dijo que ese país es el que está “chantajeando” a otras naciones con esas armas.
Frente a ese mensaje, la comunidad internacional dejó claro una vez más que considera los avances militares norcoreanos ilegales y un riesgo para la paz y la seguridad del mundo.
“La situación en la península de Corea es la cuestión de paz y seguridad más tensas y peligrosa en el mundo actual”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, que criticó el “desprecio flagrante” de Pyongyang a las decisiones del Consejo.
El máximo órgano de decisión de Naciones Unidas tiene prohibido a Corea del Norte los ensayos nucleares y con misiles balísticos y ha respondido a las provocaciones con duras sanciones internacionales.