El Papa Francisco ordenó la prohibición de vender tabaco en la Ciudad del Vaticano al considerar que ningún beneficio puede ser legítimo si le está costando la vida a la gente.
El portavoz del Vaticano, Greg Burke, confirmó que el papa decidió que el Vaticano deje de vender cigarrillos a sus empleados a partir de 2018 por el simple motivo de que “la Santa Sede no puede cooperar con una práctica que daña claramente la salud de las personas”.
Hasta ahora, los empleados y pensionistas del Vaticano podían comprar los cigarrillos con descuento en el supermercado que se encuentra en el Estado pontificio lo que suponía una fuente de ingresos para la Santa Sede.
“Sin embargo, ningún beneficio puede ser legítimo si le está costando la vida a la gente”, es el pensamiento del pontífice argentino según explican desde la oficina de prensa.