El Papa Francisco llegó este jueves a Bangladesh en la segunda etapa de su histórico viaje que lo llevó a la vecina Myanmar en medio de la preocupación mundial por la crisis de los migrantes rohingya en la frontera de ambos países.
Se espera que el punto culminante de la visita de tres días del jefe de la Iglesia Católica sea su reunión planificada con un grupo de refugiados rohingya.
El Papa llegó al aeropuerto internacional de Dacca, donde fue recibido con honores por el presidente de Bangladesh, Abdul Hamid, y una ceremonia en la que sonaron los himnos protocolarios.
Antes de partir hacia Dacca, Francisco ofreció una misa para jóvenes en la Catedral de Santa María en el centro de Rangún, en la que dijo que los católicos de Myanmar están listos para llevar la palabra de esperanza a su propio país.
“A medida que mi visita a su hermoso país llega a su fin, me uno a ustedes para agradecer a Dios por las muchas gracias que hemos recibido en estos días”, sostuvo el Papa.
Después llegar a la capital bangladesí, procedente desde la antigua Birmania, principalmente budista, el Papa tiene previsto visitar el Monumento a los Mártires Nacionales en Savar, en las afueras de la capital.
Luego hará una visita de cortesía al mandatario Abdul Hamid en el palacio presidencial, donde se reunirá con ministros y miembros de la sociedad civil y el cuerpo diplomático.
Francisco tiene previsto celebrar mañana viernes una misa en el parque Suhrawardy Udyan de Dacca, con la asistencia de más de 80 mil personas de la comunidad católica del país.
El Papa se encontrará con la primera ministra Sheikh Hasina antes de visitar la catedral de la ciudad.
Más tarde asistirá a una reunión interreligiosa en la que tiene previsto reunirse con un pequeño grupo de refugiados rohingya.
El sábado, el Papa hará una visita privada a la Casa de la Madre Teresa en el área de Tejgoan de la capital y también se reunirá con sacerdotes y otros en la Iglesia del Santo Rosario.
También se encontrará con jóvenes en Notre Dame College en la capital antes de partir a Roma.
La visita papal se produce en el contexto de la crisis humanitaria que involucra a cientos de miles de refugiados rohingyas que han cruzado a Bangladesh huyendo de la violencia en el estado de Rakhine, en Myanmar.
En un discurso después de su encuentro con la líder de Myanmar, Aung San Suu Kyi, el Papa pidió paz basada en el “respeto a la dignidad y los derechos de cada miembro de la sociedad” y el “respeto para cada grupo étnico y su identidad”, sin referirse específicamente a la etnia musulmana, que no es reconocida en este país.
Bangladesh espera que la visita entre el jueves y el sábado, durante la cual el Papa se reunirá con un grupo de rohingya en Dacca, ayude a presionar a la comunidad internacional a hallar una solución duradera al problema de la entrada periódica de rohingya desde Myanmar.
Los grupos de derechos humanos criticaron al Papa por su omisión en mencionar a la comunidad rohingya por su nombre y en su dirección de supuestas atrocidades en su contra durante su visita a Myanmar.
Sin embargo, el vocero del Vaticano, Greg Burke, rechazó las acusaciones, tras señalar que el viaje originalmente no tenía como objetivo centrarse en la crisis de refugiados del país sino en el establecimiento de relaciones diplomáticas.