Con rostro apesadumbrado después de recorrer este viernes Playita, un empobrecido sector de San Juan golpeado hace 38 días por el huracán María, el senador estadounidense Bernie Sanders aseguró en presencia de la alcaldesa capitalina, Carmen Yulín Cruz Soto: “Puerto Rico no está solo”.
“Quiero que el pueblo puertorriqueño, al igual que la gente de las Islas Vírgenes (estadounidenses), sepa que no está solo y que no los hemos olvidado”, manifestó el político, quien en las pasadas elecciones disputó frente a Hillary Clinton la candidatura presidencial por el Partido Demócrata.
En esta segunda visita a Puerto Rico –Estado Libre Asociado a Estados Unidos-, el senador por el estado de Vermont se reunió con el gobernador Ricardo Rosselló Nevares, la alcaldesa Cruz Soto junto a otras autoridades y dirigentes sociales.
Con Rosselló en el aeropuerto internacional de Isla Verde (vecino de la capital), sostuvo un breve intercambio sobre la realidad isleña, trastocada desde el 20 de septiembre cuando el huracán María echó abajo la infraestructura, en particular la energía eléctrica y las telecomunicaciones.
Sanders salió del aeropuerto en una caravana junto a la alcaldesa Cruz Soto, con quien recorrió áreas de la barriada Santurce golpeadas por María, que lo llevaron al convencimiento de que “el nivel de destrucción en Puerto Rico es sin precedente”.
“La reconstrucción requerirá de enormes recursos durante un largo periodo”, expresó Sanders en rueda de prensa en el coliseo Roberto Clemente, donde junto a Cruz Soto se reunió con representantes de organizaciones sindicales y el alcalde de Comerío (centro), José A. Santiago, y la vicealcaldesa de la oriental isla de Vieques, Daisy Cruz, para conocer sus problemas y necesidades colectivas.
Más de un mes desde que María hizo trizas el Caribe, los puertorriqueños, que son ciudadanos estadounidenses, siguen prácticamente sin energía e incomunicados por el azote de la tormenta, que hasta ahora ha dejado medio centenar de muertos.
La alcaldesa capitalina le recordó la necesidad de la recuperación social y económica de Puerto Rico —con una deuda superior a los 70.000 millones de dólares— sobre la base de preservar el bienestar de los ciudadanos y su formación integral a través de la estatal Universidad de Puerto Rico (UPR).
En tal sentido advirtió que no se puede permitir que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), establecida por Congreso de Washington hace poco más de un año para gerenciar el manejo de la deuda de Puerto Rico, empobrezca más al país, forzando la emigración a Estados Unidos, como ha pasado con la salida de más de 37.000 boricuas desde el huracán.
Un planteamiento similar realizó el sindicalista Ángel Figueroa Jaramillo, presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (Utier), sobre la revitalización de la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
La AEE está involucrada en un escándalo por la concesión de un contrato de 300 millones de dólares a la compañía Whitefish Energy, del estado de Montana, sin que tuviera experiencia en el ramo.
El dirigente gremial, quien defendió una nueva política energética, pidió a Sanders que se actuara con cautela en la transformación de la AEE, con una deuda pública de 9 mil millones de dólares, para que no termine beneficiando a intereses particulares.
La visita de Sanders a Puerto Rico coincidió con la de una delegación bipartidista de la Cámara de Representantes estadounidense compuesta por Kevin McCarthy, líder de la mayoría republicana, Jeff Denham (CA), presidente del Comité de Transportación e Infraestructura; Rob Bishop, presidente del Comité de Recursos Naturales, y los demócratas Anthony Brown, miembro del Comité de las Fuerzas Armadas; Norma Torres, integrante del Comité de Relaciones Exteriores y Steny Hoyer.
Todos estuvieron acompañados de la delegada electa de Puerto Rico, Jenniffer González Colón, quien ocupa un asiento en la cámara baja federal sin derecho a voto.