Organizaciones civiles, ciudadanos de a pie y la asociación de veteranos de guerra de Zimbabue preparan para mañana sábado una marcha contra el presidente Robert Mugabe, quien se resiste a dimitir pese a que las fuerzas armadas han tomado el control del país.
Bajo consignas como “#Mugabemustgo” (Mugabe debe irse) o “#ariseZimbabwe” (levántate, Zimbabue), la llamada se extiende por las redes sociales, con el apoyo de grupos civiles como Viva Zimbabue.
Los ciudadanos están llamados a marchar pacíficamente mañana por la tarde en la capital, Harare, para “reclamar un liderazgo” que libere a los ciudadanos del país del “sufrimiento que han soportado durante demasiado tiempo”, según reza una de las convocatorias.
🇿🇼After ruling for close too 30years still not satisfied, what else do u want? #mugabemustgo👈
— The Don PABLO.🤘 (@OjdafyP) 17 de noviembre de 2017
“El ejército ha despejado el camino para nosotros. Ahora vayamos y hagamos conocer nuestros deseos. Queremos Zimbabue y lo queremos ahora”, añade en su mensaje en la red social Twitter.
La influyente Asociación Nacional de Veteranos de la Guerra de Liberación de Zimbabue (ZNLWA) saludó este viernes esa convocatoria y anunció para mañana un mitin multitudinario contra el presidente.
“Él (Mugabe) pensaba que tenía a la gente. Mañana verá”, dijo el líder de la asociación, Christopher Mutsvangwa, en una rueda de prensa en la que aseguró que el presidente “está acabado” y que “no se le permitirá continuar” y se le dará un “ultimátum” para que dimita.
Pese a la tensión política, las calles del país se mantienen en relativa calma hasta la fecha, mientras que Mugabe este viernes pudo presidir una ceremonia de graduación en una universidad de Harare.
Mientras Mugabe permanecía confinado en su residencia, las fuerzas armadas arrestaron a tres ministros afines a las aspiraciones políticas de la primera dama, Grace Mugabe, quien sonaba como candidata a vicepresidenta después de que su marido destituyese la semana pasada a Emmerson Mnangagwa.
Precisamente, la expulsión del vicepresidente, un incondicional del partido y veterano de guerra que estaba en todos los pronósticos como sucesor de Mugabe (de 93 años y en el poder desde 1980), se considera el detonante principal de la crisis.
De acuerdo a los medios locales, los militares buscan pactar la salida de Mugabe del poder, aunque no necesariamente de forma inmediata.
Mugabe es reticente a dimitir, según las mismas fuentes, y quiere asegurarse la inmunidad para él y la primera dama.
Algunas de las hipótesis que se barajan son que dimita en breve y Mnangagwa, huido a Sudáfrica, vuelva al país para encabezar un gobierno transitorio de concentración o que Mugabe permanezca en el cargo hasta el congreso de su partido en diciembre o hasta las elecciones de 2018.