Las redes sociales se han convertido cada vez más en una herramienta de movilización política en muchos países de América Latina, en respuesta a lo cual los gobiernos de la región han aumentado de manera drástica sus intentos por manipular y controlar sus contenidos, reveló un nuevo informe dado a conocer este martes.
De acuerdo con la evaluación ‘Freedom on the Net 2017’ (Libertad en la Internet en 2017) preparado por la agrupación Freedom House, las tácticas de manipulación y desinformación en línea desempeñaron un papel importante en las elecciones en al menos 18 países el año pasado, incluido Estados Unidos.
A decir de la organización, esta intervención dañó la capacidad de los ciudadanos de elegir sus líderes sobre la base de noticias objetivas y debates auténticos.
“El uso de comentaristas pagados y bots políticos para difundir propaganda gubernamental fue iniciado por China y Rusia, pero ahora se ha vuelto global. Los efectos de estas técnicas de difusión rápida sobre la democracia y el activismo cívico son potencialmente devastadores” dijo Michael J. Abramowitz, presidente de Freedom House.
Esta manipulación contribuyó también a que por séptimo año consecutivo se reportó una disminución general de la libertad en línea, junto a un aumento de interrupciones del servicio de internet móvil y de ataques físicos y técnicos contra defensores de derechos humanos y medios independientes, apuntó la organización.
Además de Estados Unidos, el reporte se refirió a Venezuela como otro caso donde el entorno de libertad en línea se deterioró en todos los frentes y por ello en la clasificación pasó a la columna de los países “no libres”.
“En medio de las protestas generalizadas contra el gobierno, los reporteros en línea enfrentaron brutales intentos de frustrar su cobertura de los eventos, incluyendo detenciones arbitrarias, amenazas y ataques físicos por parte de las fuerzas de seguridad del estado y grupos pro-gubernamentales”, indicó.
En Ecuador, la actividad de las redes sociales aumentó durante la campaña de las elecciones presidenciales, pero algunas cuentas de medios sociales pertenecientes a políticos, periodistas y activistas de la oposición fueron pirateadas y utilizadas para difundir la desinformación.