El Papa Francisco pidió este jueves condenar con firmeza la amenaza de usar armas nucleares y su sola posesión por las consecuencias que puede tener para la humanidad, durante un seminario organizado en el Vaticano sobre el desarme atómico.
Francisco intervino este viernes en el simposio “Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares y para el desarme integral”, organizado por el dicasterio (ministerio vaticano) de Desarrollo Humano Integral y que reúne hasta mañana a organizaciones, expertos y políticos de una veintena de países y once Premios Nobel de la Paz.
“El actual escenario internacional está caracterizado por un clima inestable de conflictos y un oscuro pesimismo podría empujarnos a considerar que las perspectivas para un mundo libre de las armas nucleares y para un desarme integral, como es el título del seminario, pueda ser algo cada vez más remoto”, dijo Francisco.
Instó “a condenar con firmeza la amenaza del uso, así como su posesión, porque su existencia se relaciona con una lógica del miedo que no sólo afecta a las partes en conflicto, sino a toda la humanidad”.
La ciencia alcanza su plena dignidad cuando sirve al desarrollo integral de la persona y de la familia humana.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 10 de noviembre de 2017
“Los armamentos tienen como efecto la destrucción del género humano y son incluso ilógicos en el plan militar”, reflexionó.
“Las armas de destrucción masiva, y en especial las atómicas, no generan más que un engañoso sentido de seguridad y no pueden constituir la base de la pacífica convivencia entre los miembros de la familia humana, que tiene que inspirarse en una ética de solidaridad”, agregó.
Francisco advirtió que “las tecnologías nucleares se difunden incluso mediante las comunicaciones telemáticas y que los instrumentos de derecho internacional no han impedido que nuevos Estados se añadan al círculo de los que poseen armas atómicas”.
Añadió que eso crea “escenarios angustiosos si se piensa en los desafíos de la geopolítica contemporánea como el terrorismo o los conflictos asimétricos”.
El papa denunció que “los costes de la modernización y desarrollo de las armas, no sólo nucleares, representan una considerable parte del gasto para las naciones”.
Francisco señaló que “con un progreso efectivo e inclusivo” se puede pensar en la utopía de un mundo sin armas, a pesar de las críticas de aquellos que consideran idealistas los procesos de desmantelamiento de los arsenales.
También pidió escuchar los testimonios de aquellos que han sufrido las consecuencias de estas armas para que sirvan de advertencia sobre todo para las nuevas generaciones.
Aplaudió el “Tratado para la prohibición de las armas nucleares” aprobado por 122 países en Naciones Unidas el pasado 7 de julio y que establece que las “armas nucleares no solo son inmorales sino que tienen que ser consideradas un ilegítimo instrumento de guerra” y con el que se colmó un “vacío jurídico importante”.