El discurso de este miércoles de la primera ministra británica, Theresa May, será recordado como uno de los más accidentados de su carrera política. En el marco del cierre de la Conferencia del Partido Conservador en Manchester, el objetivo de la mandataria era hacer un llamamiento a la unión de los tories en un nuevo empujón al brexit.
Su partido perdió la mayoría absoluta en las pasadas elecciones, la salida de Reino Unido de la UE está manchada por constantes luchas internas y la oposición laborista avanza. Sus palabras eran clave para exhibir su liderazgo, pero no fueron las únicas protagonistas.
A lo largo de su intervención May se vio obligada a interrumpir su discurso en varias ocasiones por un ataque de tos. Se disculpaba, se alejaba del micrófono, aclaraba su garganta e intentaba arrancar de nuevo, sin éxito. El episodio le provocó una afonía y los presentes respondieron con aplausos en señal de ánimo.
“The Cough Speech 2017” pic.twitter.com/NdoBw1dpM3
— TAXI🇬🇧 (@AllLondonBoy) 4 de octubre de 2017
La primera ministra bebió agua de nuevo y se derramó un poco encima. Philip Hammond salió entonces en su ayuda para darle un caramelo y la militancia estalló de nuevo en aplausos.
La intervención de May fue bautizada por los internautas como “el discurso de la tos”, mientras algunos medios británicos aprovecharon la anécdota para identificarla con la trayectoria de su liderazgo. “La tos de Theresa May era una metáfora de todo su liderazgo. Está acabada” publicaba una columnista en el rotativo The Telegraph.
Theresa May loses her voice during her big speech – but Philip Hammond comes to the rescue https://t.co/8G577eyQjb pic.twitter.com/CAxy5um0b0
— Bloomberg (@business) 4 de octubre de 2017
En otra anécdota, un espontáneo interrumpió el discurso de la primera ministra y le mostró un formulario. May cogió el documento y lo dejó en el suelo. En un esfuerzo evidente, intentó continuar con su intervención, pero no lo logró hasta que el personal de seguridad expulsó al hombre de la sala. Su marcha fue aplaudida por toda la militancia conservadora.
Algunos usuarios en Twitter señalaron que podría tratarse de la misma persona que en julio de 2015 interrumpió una rueda de prensa de Sepp Blatter y le lanzó billetes de dólar falsos. Después se confirmó que, en efecto, el espontáneo era el cómico Simon Brodkin, también conocido como Lee Nelson. Su entrada en el pabellón evidenció una brecha de seguridad impensable en un estado de alerta terrorista, que fue objeto de críticas.
Prankster Lee Nelson was at it again today this time handing Theresa May a P45 during her cough speech…😂pic.twitter.com/kD64eGn9O7
— BenchWarmers ⚽️ (@BeWarmers) 4 de octubre de 2017
Con información de La Vanguardia