Las fuerzas iraquíes capturaron el último bastión del Estado Islámico en el norte de Irak, dijeron militares este jueves, por lo que el grupo quedó refugiado en territorios junto a la frontera siria donde una vez estuvo su autoproclamado “califato”.
La ciudad de Hawija y las áreas aledañas fueron capturadas en una ofensiva realizada por tropas del gobierno iraquí respaldadas por Estados Unidos y grupos paramilitares chiíes entrenados y armados por Irán, conocidos como Movilización Popular.
Aún había enfrentamientos al norte y este de la ciudad, donde los militantes yihadistas estaban rodeados.
Con la caída de Hawija, emplazada cerca de la ciudad de Kirkuk, en poder de los kurdos, la única área que permanece bajo control de Estado islámico en Irak es un tramo junto a la frontera occidental con Siria, donde el grupo yihadista también está en retirada.
“La novena división armada del Ejército, la Policía Federal, la división de respuesta de emergencia y la Movilización Popular liberaron a Hawija”, dijo un comunicado del comandante de operaciones conjuntas, teniente general Abdul Ameer Rasheed Yarallah.
La captura de Hawija lleva a las fuerzas iraquíes en contacto directo con los combatientes peshmerga kurdos que controlan Kirkuk, una región multiétnica reivindicada tanto por Bagdad como por el Gobierno Regional del Kurdistán.
“No queremos agresiones ni confrontaciones, pero la autoridad federal debe ser impuesta en las áreas disputadas”, dijo el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, en una conferencia de prensa en París que ofreció junto al presidente francés, Emmanuel Macron.
El líder de Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, que declaró el califato desde Mosul a mediados de 2014, divulgó una grabación de audio la semana pasada que indica que está vivo, tras varios reportes sobre su supuesto fallecimiento, y llamó a sus seguidores a mantener la lucha, pese a los contratiempos.