La policía estadunidense sigue este martes en busca de pistas sobre los motivos que llevaron a un jubilado aficionado al juego, pero sin antecedentes criminales, a establecer un verdadero arsenal en lo alto de un hotel en Las Vegas y abrir fuego contra una multitud que presenciaba un concierto de música country.
El ataque comenzó en la noche del domingo desde una ventana del piso 32 del hotel Mandalay Bay y dejó al menos 59 muertos y más de 500 heridos. El atacante se disparó luego de protagonizar el tiroteo masivo más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos.
El hombre, identificado como Stephen Paddock de 64 años, no dejó alguna pista clara sobre sus motivaciones para montar un arsenal de alto poderío que incluía 34 armas o para atacar a la multitud de 22 mil personas que asistían al festival de música country.
Funcionarios de Estados Unidos también descartaron una adjudicación de responsabilidad por parte del grupo radicalizado Estado Islámico.
“Hemos determinado hasta este momento que no existía conexión con un grupo terrorista internacional”, dijo Aaron Rouse, agente especial a cargo de la investigación del FBI en Las Vegas.
La policía dijo que cree que Paddock actuó solo, pero que no tiene una posible explicación sobre lo que podría haber precipitado los acontecimientos.
“No tenemos idea de cuáles eran sus creencias”, dijo el sheriff de Clark County, Joseph Lombardo, a periodistas. “No puedo entrar en la mente de un sicópata”.
Aunque la policía dijo que no tenía otros sospechosos, Lombardo señaló que los investigadores quieren hablar con la novia del atacante, Marilou Danley, quien está de viaje en el extranjero, posiblemente en Tokio.
Aún así, lo más cercano a una falta que Paddock parecía tener antes del incidente, era un una infracción de tránsito, de acuerdo a las autoridades.
La cifra de muertos, que podría aumentar, sobrepasó el récord del año pasado de 49 fallecidos en una masacre en una discoteca en Orlando, Florida, perpetrada por un hombre que dijo adherir a Estado Islámico.