La norteña ciudad italiana de Turín este viernes fue nuevamente puesta bajo estado de emergencia luego que la contaminación cuadruplicó los niveles máximos permitidos, a causa de los incendios y de la peor sequía registrada en décadas.
Según la Agencia Regional para la Protección Ambiental (ARPA), la concentración de partículas Pm10 (moléculas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen dispersas en la atmósfera y cuyo diámetro aerodinámico es menor que 10 µm) llegó a los 199 microgramos por metro cúbico, frente al límite permitido de 50.
La concentración de esas partículas ha estado durante casi tres semanas consecutivas por arriba del límite permitido, con la excepción del pasado lunes, cuando descendió a 49 microgramos por metro cúbico.
Los incendios que desde hace días afectan a la región de Piemonte, además de la falta de lluvias, fueron responsabilizados de la nueva emergencia.
De acuerdo con la Red Eléctrica Nacional (Terna), las presas hidroeléctricas de la región se encuentran en los niveles más bajos desde 1970 a causa de la falta de lluvias.
Por su parte, la organización de agricultores Coldiretti confirmó que el río Po, el más importante para la agricultura de todo el país, ha alcanzado sus niveles más bajos en ocho años.
Ettore Prandini, presidente de Coldiretti en la vecina región de Lombardia, dijo que en octubre las lluvias han descendido en 95 por ciento respecto al promedio histórico.
“Los daños causados a la agricultura en Italia por el clima enloquecido superan los 14 mil millones de euros (16.2 mil millones de dólares) en los últimos 10 años”, aseguró.