Un vídeo publicado en las últimas horas en internet por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) muestra a tres menores, uno de ellos de corta edad, asesinando a tres hombres acusados de ser espías kurdos en la provincia siria de Deir al Zur.
En la grabación, de más de 18 minutos y cuya autenticidad no pudo ser comprobada, se ve a los tres “cachorros del califato”, como el EI denomina a los menores que recluta, en un parque de atracciones abandonado con sus víctimas.
Dos de los niños decapitan a los prisioneros del EI con cuchillos, mientras que el tercero, el más pequeño, mata al hombre con una pistola.
Los asesinatos tienen lugar en distintas atracciones del parque.
Antes de esas escenas, aparece uno de los menores, identificado como Jatab al Qameshli, que habla sobre su vida y la de uno de sus hermanos, Abu Bara, guerrillero del EI que perdió la vida en el área de Tel Barak, en la provincia de Al Hasaka.
En su alocución propagandística, el niño explica que, tras el fallecimiento de Abu Bara, otro de sus hermanos intentó convencerlo para que se trasladara a la ciudad de Al Qameshli, en Al Hasaka y bajo el control de la alianza kurdo-árabe Fuerzas de Siria Democrática (FSD), pero que él rechazó ir a “una tierra apóstata” y que está “contento” en el califato.
En el vídeo, titulado “Me dio vida su sangre”, se ve también a Jatab, junto a yihadistas adultos, participando en la lapidación de un hombre acusado de adulterio.
La grabación, emitida por la oficina de información de los extremistas en la provincia de Al Jair, una de las divisiones administrativas impuestas por el EI y que abarca parte de Deir al Zur, muestra además una supuesta confesión de los tres kurdos asesinados en la que dicen que trabajaron para las “fuerzas kurdas”.
Las víctimas son acusadas por el EI de pertenecer a la guerrilla kurdoturca Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El “Dáesh” (acrónimo en árabe de Estado Islámico) autoproclamó a finales de junio de 2014 un califato en Siria e Irak, donde controla áreas del norte y el centro.
Según datos difundidos hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los radicales ejecutaron extrajudicialmente durante 2016 en el territorio sirio a un total de 827 personas, con métodos como decapitaciones, disparos y explosiones, de las que 438 eran civiles.