El jefe del Pentágono, James Mattis, ha ordenado revisar el coste de los programas del caza F-35 y del avión presidencial Air Force One, señalados por el presidente Donald Trump por ser demasiado onerosos, informó hoy el Departamento de Defensa.
En un comunicado, el Pentágono asegura que “el propósito de estas revisiones es ayudar a tomar decisiones presupuestarias, reconociendo la crítica importancia de cada uno de estos programas de adquisición”.
La medida es la primera que se toma después de que el nuevo mandatario estadounidense arremetiera en Twitter o en entrevistas previas a su toma de posesión contra el coste del nuevo Air Force One -desarrollado por Boeing- o del F-35 -de Lockheed Martin-, el programa armamentístico más costoso de la historia estadounidense.
Con respecto al Air Force One, Mattis pide que se identifiquen “los medios para reducir substancialmente el coste del programa al tiempo que se entregan las capacidades necesarias”.
El pasado 6 de diciembre, Trump criticó en Twitter que el coste del futuro Air Force One de Boeing estaba “fuera de control” y que si el precio seguía presupuestado por encima de los 4 mil mdd debían “cancelar la orden”.
En cuanto al caza F-35, Mattis pide una revisión similar del coste y añade que se examine si es posible modernizar el F-18 Super Hornet para mantenerlo como alternativa en determinados escenarios.
Trump también ha criticado en Twitter al programa del F-35, cuyo coste está presupuestado en 379 mil millones de dólares, por estar “fuera de control” y ha prometido que renegociará contratos de compras militares para que sean más baratas.
Antes de asumir la Presidencia el 20 de enero, Trump se reunió con los consejeros delegados de Lockheed Martin, Marillyn Hewson, y Boeing, Dennis Muilenburg, para tratar reducciones de coste.
El capitán Jeff Davis, portavoz del Pentágono, aseguró en un comunicado que las acciones iniciadas por Mattis “son coherentes con las guías ofrecidas por el presidente para proveer las Fuerzas Armadas más fuertes y eficientes posibles” y “para ganar valor por cada dólar que se gasta en defensa”.
Pese a todo, Trump se ha mostrado favorable a aumentar los gastos en Defensa, incluido un aumento de tropas, pese a que Estados Unidos estaba en plena retirada de las guerras de Irak y Afganistán, que se han dado por finalizadas, pero siguen siendo un desafío de seguridad por la presencia de grupos terroristas como el Estado Islámico (EI) o Al Qaeda.