El presidente de EEUU, Donald Trump, insistió hoy a los líderes del Congreso que entre tres y cinco millones de inmigrantes indocumentados votaron por su rival, Hillary Clinton, en las elecciones de noviembre, algo que le hizo perder el voto popular frente a la candidata demócrata.
Tanto el diario The New York Times como la CNN citaron a fuentes anónimas conocedoras del contenido de esa reunión convocada con objeto de abordar la agenda legislativa para afirmar que Trump se mostró “preocupado” de que “la gente considere ilegítima su victoria”, según el rotativo neoyorquino.
Trump ganó el voto electoral a Clinton por 304 a 232, pero la demócrata logró cerca de tres millones de votos populares más que su rival, algo que los detractores del magnate inmobiliario recuerdan constantemente.
Es por eso que el presidente insistió hoy en que entre tres y cinco millones de indocumentados le habían robado la victoria en una reunión en la que estaban, entre otros, el presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan; el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell; o los líderes demócratas Nancy Pelosi y Chuck Schumer.
Antes de su victoria, Trump ya había denunciado en múltiples ocasiones y sin mostrar prueba alguna que las elecciones estaban amañadas en favor de Clinton por el voto masivo de millones de inmigrantes indocumentados, además del voto de millones de muertos y de personas que ejercían su derecho en dos estados o más.
Por otro lado, Trump aprovechó su encuentro con los líderes legislativos para defender que su toma de posesión fue la más multitudinaria de la historia, algo que se ha demostrado falso, de acuerdo con el representante demócrata Steny Hoyer, presente en la reunión.
“Había una gran multitud, una multitud maravillosa. Nunca había visto una multitud tan grande como esta”, dijo Trump según relató a la CNN Hoyer, quien detalló que el presidente “no dedicó mucho tiempo a eso, aunque demostró que es algo que sigue en su cabeza”.
Además del resultado electoral y de la asistencia a la toma de posesión, en la reunión se abordaron aspectos propios de la agenda legislativa como la derogación de la reforma sanitaria de su antecesor, Barack Obama (conocida como Obamacare), inversiones en infraestructuras o cambios en las leyes migratorias.
Pelosi dijo a la salida que el encuentro había sido “interesante”, mientras que el senador republicano John Cornyn lo calificó como una “buena sesión para conocerse”.