El nuevo Gobierno del presidente Donald Trump dijo el viernes que su estrategia comercial para proteger empleos en Estados Unidos comenzaría con el retiro del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica de 12 países (TPP, por su sigla en inglés).
Un comunicado de la Casa Blanca emitido poco después del juramento de Trump afirmó que su gobierno también “enfrentará a aquellas naciones que violen acuerdos comerciales y dañen en el proceso a trabajadores estadounidenses”.
De acuerdo al comunicado, Trump está comprometido a renegociar otro acuerdo comercial, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado en 1994 por Estados Unidos, Canadá y México.
“Por mucho tiempo, los estadounidenses han sido forzados a aceptar acuerdos comerciales que ponen los intereses de operadores internos y de la élite de Washington por sobre los hombres y mujeres trabajadores de este país”, reza la declaración.
“Como resultado de eso, ciudades y poblados de la clase trabajadora han visto el cierre de sus fábricas y el desplazamiento de empleos bien pagados al extranjero, mientras que los estadounidenses enfrentan un creciente déficit comercial y una base manufacturera arrasada”, agregó.
El documento dice que podrían ser utilizados “acuerdos duros y justos” sobre comercio para apuntalar a la economía de Estados Unidos y devolver millones de empleos al país.
“Esta estrategia comienza con el retiro del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica y asegurar que cualquier nuevo acuerdo comercial sea del interés de los trabajadores estadounidenses”, añade.
Si los socios del TLCAN se niegan a dar un trato justo a los trabajadores estadounidenses en un acuerdo renegociado, “el presidente avisará de la intención de Estados Unidos de retirarse del TLCAN”, según el comunicado.
El TPP, que Estados Unidos firmó pero aún no ha ratificado, ha sido el principal pilar económico del “pivote” del Gobierno de Obama en la región Asia-Pacífico ante el rápido ascenso de China.
Los partidarios del pacto han manifestado preocupaciones respecto a que un abandono del proyecto, cuya negociación tomó años, podría fortalecer aún más el dominio económico de China en la región a costas de Estados Unidos.
El Gobierno chino afirmó el viernes que Pekín y Estados Unidos podrían resolver cualquier disputa comercial a través de conversaciones, aunque un diario local advirtió que empresas estadounidenses podrían ser blanco de represalias en una guerra comercial propiciada por Trump.