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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Ezra Shabot, periodista, habló sobre las contradicciones de Adán Augusto y el conflicto de intereses entre ser empresario y político.
Shabot analizó las recientes polémicas que rodean a Adán Augusto, particularmente sobre su situación fiscal, su patrimonio y la dificultad de separar su rol político del empresarial. Señaló que el exsecretario de Gobernación enfrenta un conflicto de intereses que evidencia la falta de controles sobre el poder político en México.
¿Adán Augusto está atrapado entre ser político y empresario?
Shabot afirmó que Adán Augusto se encuentra “básicamente ligado a un esquema donde los políticos se convertían en empresarios”, un fenómeno recurrente en la política mexicana que, según él, pone en jaque la credibilidad de figuras públicas que manejan recursos estatales y federales.
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“El gran problema es esta necesidad del poder con el dinero; o tienes un capital y lo haces más grande con alianza o parte del poder, o te ligas al poder para un enriquecimiento mayor”, sostuvo.
El periodista también criticó los intentos del propio Adán Augusto por justificar sus ingresos mediante declaraciones fiscales y documentos públicos, al tiempo que calificó como contradictorias las versiones que ha ofrecido el político tabasqueño sobre el origen de su riqueza.
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“El tema de Adán está ligado a contradicciones que él mismo expuso; lo que se pagó de impuestos o lo que se filtra, más allá de que pueda argumentar que son documentos falsos”, puntualizó.
Adán Augusto y los políticos con poder
Para Shabot, el caso refleja un patrón ya conocido en la política mexicana, en donde exgobernadores y altos funcionarios han utilizado su posición para beneficiarse económicamente. Mencionó ejemplos como los exmandatarios Javier y César Duarte, quienes también enfrentaron procesos judiciales tras el ejercicio del poder.
“Entre ser gobernador de un estado y al mismo tiempo poseer este tipo de piezas de convicción política, trata de separar las dos partes, pero el tema de gobernadores con acceso a una gran cantidad de negocios, ahí es público. Hemos visto caer a los Duarte… esto va más allá de la ambición”, dijo.
El periodista también subrayó que este tipo de casos son posibles por la ausencia de mecanismos reales de fiscalización sobre el poder público, algo que, asegura, solo se activa cuando hay intenciones políticas de por medio.
“Es producto de la inexistencia de controles sobre el poder político, lo que no existe en México hasta que se quieren usar para sacar de la jugada a un individuo. Lo vimos con Peña, con gobernadores en la cárcel, casi todos ligados a la malversación de fondos”.
Finalmente, advirtió sobre los riesgos de normalizar esta doble función de político-empresario, destacando que es insostenible tanto ética como legalmente.
“No se puede esto de jugar a empresario y político al mismo tiempo, es una contradicción y un choque de intereses. No dudo que algunos se separen, pero no hay forma más allá de las declaraciones de Adán… ahí está, nadie revisa. Está metido en un problema muy grave”, concluyó.
El caso de Adán Augusto continúa generando debate sobre los límites del poder público, la transparencia y la responsabilidad de los funcionarios ante la ley.