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Con el inicio del ciclo escolar a la vuelta de la esquina, un estudio de la encuestadora Polister muestra cómo las familias mexicanas, particularmente de clase media, se preparan para enfrentar un gasto que resulta inevitable. Los resultados reflejan un panorama de ajustes, endeudamiento y resignación frente a los aumentos en útiles, uniformes y actividades recreativas.
La directora de Polister, Milagros Oreja, explicó que este periodo del año funciona como un termómetro social:
“Si utilizáramos una metáfora para esta historia, sería que a mitad de año, en este momento, el regreso a clases y las vacaciones es una especie de termómetro social, porque las familias se enfrentan a un gasto que es obligatorio, no es un gasto voluntario, y ahí es donde se ve realmente dónde están parados a nivel económico respecto de este año y respecto también del año que viene.”
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Vacaciones también golpean el bolsillo
El estudio reveló que los gastos no solo se concentran en las listas escolares, sino también en actividades realizadas durante las vacaciones. Según la encuesta, 56.8% de los padres no pagó actividades recreativas, mientras que el 43% sí lo hizo, y dentro de este grupo la percepción es clara:
“El 80%, que es un número altísimo, respondió que han subido mucho los precios. Solamente el 9% respondió que han subido poco, y el resto que no han subido nada. Pero el 80%, es decir, 8 de cada 10 personas, sintió que los precios en las vacaciones ya estaban altísimos.”
Además, la mayoría de los padres que sí invirtieron en salidas o actividades reportó un gasto promedio de 2 mil pesos por niño, cifra que, de acuerdo con Oreja, resulta significativa tomando en cuenta que la encuesta se aplicó principalmente en delegaciones de clase media.
Clase media, es la más presionada por el regreso a clases
La directora de Polister subrayó que los incrementos afectan con más fuerza a los sectores medios, ya que la población de menores ingresos recibe apoyos sociales que amortiguan parte de este impacto.
“Todos estos números nos dan una radiografía sobre todo de la clase media, porque recordemos que la clase más baja tiene el beneficio de algunos planes sociales, entonces este peso no se ve tan fuerte sobre la clase baja. Pero donde más fuerte se ve es en la clase media, que no recibe estos planes, pero que a la vez no tiene margen para poder pagar estos gastos que son muy intensos en este momento del año, y que no tiene el margen que tenía el año pasado tampoco.”
A ello se suma el encarecimiento de los productos básicos para el ciclo escolar. Oreja detalló que los útiles, artículos de limpieza, uniformes y calzado subieron más de 13% este año, lo que ha llevado a muchas familias a reducir compras:
“Seis de cada diez personas ya está aceptando, o resignándose sería mejor esa palabra, que va a tener que comprar menos productos de lo que la lista de la escuela les pide, porque no van a llegar a comprar el 100%. Entonces ahí ya estamos viendo una especie de resistencia: esto es lo que puedo, no es lo que me gustaría.”