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En entrevista para MVS Noticias con Pamela Cerdeira, Alejandra Gasca, directora de Formación en México Unido contra la Delincuencia, habló sobre el caso del policía de la CDMX que asesinó a un motociclista durante una revisión de rutina.
El reciente caso de un joven que perdió la vida tras un operativo preventivo encabezado por elementos de seguridad pública ha encendido nuevamente la discusión sobre el uso de la fuerza en México y los protocolos que deben seguir los cuerpos policiales.
De acuerdo con Alejandra Gasca, los hechos comenzaron como una revisión preventiva a motociclistas y terminaron en el homicidio de una persona a manos de un policía. El caso refleja, una vez más, la complejidad de los enfrentamientos entre ciudadanía y autoridad, en donde el empleo de la fuerza letal se convierte en el punto más delicado del análisis.
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¿Qué debe revisarse en el uso de la fuerza policial?
Gasca subrayó que lo fundamental es determinar si el policía actuó bajo los principios básicos de legalidad, racionalidad, congruencia, oportunidad y proporcionalidad. La Fiscalía General de Justicia, junto con la Dirección General de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, tendrá la responsabilidad de evaluar si hubo una respuesta legítima o un uso excesivo de la fuerza.
"Esto ya es parte de lo que tendrá que hacer ahora la Fiscalía General de Justicia, por supuesto, con la cooperación de la secretaría a través de la Dirección General de Asuntos Internos, para poder saber si fue legal, racional, congruente, oportuna o proporcional, como ya se nos decía hace un ratito. Y eso tendrá que ser conocido a partir de testigos, protocolos, saber si hubo una legítima defensa o no", aseguró Gasca.
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El entrenamiento policial incluye distintos recursos para controlar situaciones sin necesidad de llegar a la fuerza letal. El hecho de que se haya utilizado un arma de fuego en un operativo de carácter preventivo genera cuestionamientos sobre si los protocolos fueron aplicados de forma adecuada.
"Es un momento difícil para la institución, para la Secretaría de Seguridad Ciudadana como institución. Mina la confianza ciudadana, por supuesto, y debilita la institución. Los hechos que observamos son de alguna manera un golpe duro para la Secretaría", señaló Alejandra Gasca.
Un golpe a la confianza ciudadana
Para Gasca, el incidente representa un momento difícil para la Secretaría de Seguridad Ciudadana, pues casos como este minan la confianza de la población y debilitan a la institución. La situación obliga a revisar protocolos, mecanismos internos de supervisión y control, así como a reforzar la atención en la salud mental de los elementos policiales, un aspecto que suele quedar en segundo plano, pero que resulta determinante en la toma de decisiones durante los operativos.
"Creo que es un momento relevante para trabajar dentro de la institución y en los protocolos de actuación vigentes y también en los mecanismos internos de supervisión y de control, pero, sobre todo, y es algo en lo que tendrían que voltear la mirada, en la salud mental también de las personas que forman parte de esta corporación", advirtió la experta.
Este nuevo episodio se suma a una serie de hechos en los que el actuar de la policía se coloca en el centro del debate público. La forma en que las autoridades manejen la investigación y las medidas que adopten serán clave para recuperar la confianza ciudadana y garantizar que los elementos de seguridad actúen bajo principios claros y respetuosos de los derechos humanos.