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En entrevista con Ana Francisca Vega para MVS noticias, Angela Molina habló del censo de ajolotes de la UNAM en Xochimilco que detectó su ADN en agua, confirmando que la especie sobrevive, pero aún enfrenta la pérdida de su hábitat.
Después de una década de incertidumbre, un reciente censo de ajolotes en Xochimilco ha desatado tanto preocupación como esperanza entre los biólogos y la comunidad científica.
A pesar de no haber encontrado ajolotes en la pesca tradicional, se utilizaron técnicas avanzadas, como el análisis ambiental de ADN, que revelan la presencia de estos emblemáticos anfibios en los canales de la zona.
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"No hemos encontrado ajolotes físicamente, pero el análisis ambiental sugiere que todavía están ahí", comentó el doctor Luis Zambrano, líder del estudio y experto del Laboratorio de Restauración Ecológica de la UNAM.
El censo marcó el inicio de un esfuerzo por determinar el estado actual de esta especie en peligro de extinción, que ha visto una drástica disminución en su población debido a la destrucción de su hábitat.
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Condiciones críticas en Xochimilco
El doctor Zambrano explicó que "uno de los grandes problemas es que hemos notado muy pocos ajolotes en el entorno silvestre". En 1998, se estimaban 6 mil ajolotes por kilómetro cuadrado; sin embargo, la última cifra ronda los 36 por kilómetro cuadrado, lo cual es alarmante.
"Hemos detectado que los refugios establecidos por la UNAM son cruciales para su supervivencia", agregó.
Estos espacios, que se mantienen libres de agroquímicos, ofrecen un ambiente propicio para su hábitat. Sin embargo, la contaminación sigue siendo una amenaza constante.
"La presencia de contaminantes en Xochimilco está afectando gravemente a los ajolotes. Debemos trabajar juntos para restaurar su ecosistema", enfatizó Zambrano. Además, menciona que la segunda fase del censo comenzará en septiembre y abarcará 700 puntos de muestreo adicionales.
El llamado a la conservación
A pesar de los desafíos, el biólogo hace un llamado a la acción. "Tenemos las condiciones e información necesarias para proteger al ajolote, pero depende de todos nosotros", afirmó.
En este sentido, los esfuerzos de conservación por parte de la comunidad y el gobierno son fundamentales. Los ciudadanos interesados pueden contribuir al programa "Adopta un ajolote" de la UNAM, donde aportaciones desde 30 pesos pueden hacer la diferencia en la preservación de esta especie endémica.
"Es una tristeza que nuestra generación pueda ser recordada como la que permitió la extinción del ajolote", concluye Zambrano. El ajolote, símbolo de la biodiversidad en México, enfrenta un futuro incierto, pero con esfuerzos conjuntos, la comunidad puede ayudar a preservar este invaluable patrimonio natural.
