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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Pedro Tello, consultor en economía, habló sobre la nueva amenaza de Trump de imponer aranceles al cobre, mientras disminuye la confianza del consumidor.
En medio de una creciente incertidumbre económica, el anuncio del expresidente estadounidense Donald Trump sobre nuevos aranceles al cobre, así como la amenaza de imponer impuestos del 200% a productos farmacéuticos, ha desatado preocupación entre empresarios, exportadores y consumidores en México.
A la política de aranceles recíprocos, que entrarán en vigor el próximo 1 de agosto, se suman ahora los denominados aranceles sectoriales, enfocados en industrias específicas. Esta medida ha generado desconcierto, pues se trata de decisiones unilaterales que, según expertos, no solo afectan al comercio exterior, sino también a la estabilidad interna de los mercados involucrados.
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El especialista Pedro Tello explicó que este tipo de acciones ha provocado que tanto empresas como familias enfrenten dificultades para planear sus gastos. Las compañías, al no tener claridad sobre los costos de insumos importados, no saben en qué momento es seguro invertir o ampliar operaciones. Para los hogares, la confusión gira en torno a si conviene comprar ahora o esperar a que se posponga nuevamente la aplicación de estos impuestos.
"Lo que esto representa es que las empresas no saben cómo calcular sus costos y, consecuentemente, tampoco saben en qué momento invertir para ampliar sus capacidades de producción, porque las materias primas o los insumos que importan les cuestan más caro", afirma Tello Villagrán.
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"Y para las familias, el hecho de saber que el arancel a ciertos productos que se importan de otros países -que entraría en vigor el 7 de julio de este 2025, ahora se pospone al 1 de agosto-, finalmente no saben si comprar hoy al precio vigente o esperar a que se posponga una vez más el arancel en lo que es su aplicación bajo la amenaza del 1 de agosto, de acuerdo con lo señalado por el gobierno de Estados Unidos", agregó.
El efecto no se limita al mercado interno. Los exportadores que envían productos a Estados Unidos enfrentan también un escenario complejo. No tienen certeza sobre si mantener su ritmo de producción o reducir operaciones para evitar pérdidas por la posible entrada en vigor de los aranceles.
"Para los exportadores hacia la economía norteamericana, representa un problema muy serio porque, de pronto, no saben si van a mantener sus líneas de producción trabajando como normalmente lo han hecho o si deciden mejor reducir un poco, moderar el ritmo de actividad económica para poder tener un volumen de producción que puedan efectivamente desplazar al mercado de Estados Unidos en lugar de recibir menores pérdidas asociadas justamente a la entrada en vigor de aranceles", explicó Pedro Tello.
Por si fuera poco, incluso dentro del gobierno estadounidense hay falta de claridad. El canciller Marcelo Ebrard mostró sorpresa ante el anuncio, señalando que ni las autoridades comerciales de Estados Unidos estaban enteradas de la medida. Esto refleja una política comercial personalista que dificulta la interlocución entre países, dejando a México y otras naciones afectadas sin una ruta clara para reaccionar.
"La política comercial en Estados Unidos la define el presidente y no el secretario de Comercio", concluyó el especialista.
Pedro Tello advierte que esta situación podría prolongarse durante todo el año, afectando inversiones, exportaciones, producción y consumo no solo en México, sino a nivel global.