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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Alfonso Solís, rescatista voluntario en Texas, mencionó su testimonio de la catástrofe por las inundaciones.
La devastación provocada por las inundaciones en Texas ha dejado imágenes impactantes, pero detrás de cada rescate y búsqueda hay historias humanas que pocas veces se cuentan.
“Las cosas están difíciles, lo que está pasando… una cosa es verlo en la televisión, pero cuando estás ahí, sentirlo, verlo, escuchar a las familias… es difícil”, expresó Solís, quien se integró a las labores de rescate el pasado domingo, cuando aún había esperanza de encontrar sobrevivientes.
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¿Cuál fue el motivo por el que decidió ayudar?
Alfonso no es rescatista profesional. Trabaja como encargado de seguridad en una escuela, pero decidió sumarse al esfuerzo voluntario debido a una experiencia personal que lo marcó para siempre. “Yo sé lo que es esperar… yo sé lo que es perder”, relató, pues hace 18 años perdió a su esposa por un derrame cerebral, cuando su hija apenas tenía 11 días de nacida. “Estuve ocho horas esperando un milagro… por eso entiendo lo que viven estas familias”, agregó.
Desde su llegada, Solís ha enfrentado momentos difíciles. Reconoce que, aunque al principio se mantenía la esperanza, ahora las probabilidades de hallar personas con vida se desvanecen. “Ya han pasado muchos días, y cada minuto es importante. Lamentablemente, no creo que vayamos a encontrar personas vivas en estos momentos”, confesó.
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La magnitud de la tragedia ha sido tal que algunas personas fueron arrastradas por la corriente hasta 10, 15 o 20 millas de donde fueron vistas por última vez, lo que complica las tareas de localización.
¿Los sistemas de alerta se activaron a tiempo?
Respecto al funcionamiento de los sistemas de alerta, el rescatista fue cauteloso: “Hay una discusión sobre si los sistemas fueron oportunos o no… hay mucha duda, pero no tengo toda la información para tomar una decisión. Lo que sé es que la tormenta fue fuerte y todo pasó muy rápido”.
Lo más duro, cuenta Alfonso, ha sido estar del lado de las familias, acompañarlas en el silencio de la incertidumbre o al momento de recibir noticias devastadoras. “Esos gritos… se van a quedar contigo por toda la vida”, dijo.
Aunque la situación es dura, Solís asegura que llegar preparado mentalmente es clave. “Tienes que estar listo para ver, escuchar y sentir cosas que nunca olvidarás”.
Su historia refleja el rostro más humano de esta tragedia, donde la solidaridad y el dolor se entrelazan en cada jornada de búsqueda.