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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Carlos Campos, titular de MVS Noticias en Monterrey, mencionó todo sobre los avistamientos de animales salvajes en zonas urbanas de Nuevo León.
En Monterrey, la presencia de animales salvajes como osos y pumas en zonas residenciales ya no es una anécdota aislada, sino un fenómeno cada vez más frecuente. Campos ha documentado con detalle, lanzando una advertencia clave: “Se están borrando los límites entre lo silvestre y lo urbano”.
Campos explicó que los avistamientos recientes —como el de un puma que cazó a un gato doméstico en el fraccionamiento Sierra Alta— reflejan un problema de fondo: el avance desmedido de la urbanización sobre la Sierra Madre. “Ya no hay límites. Y eso por supuesto nos obliga a plantear la siguiente pregunta: ¿quién está invadiendo a quién?”, dijo.
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¿Cuál es la situación actual en Monterrey?
En las últimas semanas, residentes de San Pedro Garza García, Santiago y otras zonas del sur del área metropolitana han reportado con asombro la aparición de osos y felinos. Sin embargo, Campos advierte que detrás de la curiosidad hay una realidad preocupante: la escasez de alimento en las zonas altas por la sequía prolongada, así como la basura fácil de conseguir en los fraccionamientos, está modificando los hábitos de estos animales.
“Los ositos bajan, interrumpen carnes asadas, se echan un chapuzón en las albercas. Pero ya no es solo por necesidad: están aprendiendo a buscar comida fácil entre los desperdicios, y eso es sumamente peligroso”, alertó.
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En el caso específico del puma en Sierra Alta, un vecino captó en video el momento en que el felino se acercó a un gato, lo cazó y se lo llevó. Según Campos, ese mismo ejemplar ya había sido avistado antes en Santiago. A pesar de que no se han registrado ataques a humanos, las autoridades ya trabajan en su localización para evitar incidentes mayores.
¿Cuál es la recomendación?
La recomendación para la ciudadanía es clara: no acercarse a los animales silvestres, no intentar alimentarlos, y mucho menos buscar una selfie. “Pueden parecer tiernos, bonitos, gorditos... pero no dejan de ser peligrosos”, recalcó el periodista. Recordó también el caso viral de una mujer que se tomó una selfie con un oso en Chipinque: “Parecía que la iba a atacar. No se concretó, pero estuvimos a nada”.
La reflexión que plantea Campos es urgente y profunda: “Nos estamos comiendo su territorio. Y si no aprendemos a convivir, el riesgo seguirá creciendo”.