Audio relacionado
En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Óscar Balderas, periodista especializado en temas de seguridad y crimen organizado, habló sobre el caso de Ovidio Guzmán, quien parece haber llegado a un acuerdo con las autoridades estadounidenses.
¿Canta o ya cantó? Todo indica que Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha iniciado una colaboración activa con el gobierno de Estados Unidos, tras reconocer su culpabilidad en cargos de narcotráfico. Esta decisión marca un giro radical respecto a su defensa inicial, cuando, tras ser extraditado en septiembre de 2024, se presentó como un ganadero inocente, víctima de sus apellidos.
"Yo creo que ya está cantando. La garganta ya está entrenada, ya calentó, ya ensayó, ya lubricó y está cantando sabroso. Hay que entender qué es lo que está haciendo Ovidio", afirmó Balderas.
Te podría interesar
"Ovidio, cuando llega extraditado a Estados Unidos en septiembre de 2024, lo que dice es 'yo no hice nada'. Incluso llega con una carta en la que le dice a las autoridades estadounidenses 'lo único de lo que soy culpable es ser hijo de mi padre'... Además, los abogados se encargaron de contar el relato de que Ovidio era un chico amable, educado, hasta con depresión y ansiedad, que necesitaba una dieta especial porque el estrés que tenia por tener el padre que tenía era mucho para él. Ahora hemos visto un cambio de estrategia", contó el periodista.
La nueva estrategia legal de Ovidio busca beneficios penitenciarios a cambio de información clave para el gobierno estadounidense: nombres de funcionarios mexicanos que habrían facilitado la operación del Cártel de Sinaloa y permitido el flujo de drogas sintéticas a territorio estadounidense. A cambio, se le retirarían algunos cargos, incluyendo los más graves por narcotráfico, aunque aún enfrenta procesos por lavado de dinero y uso ilegal de armas.
Te podría interesar
"Ovidio, por primera vez, ya reconoce su culpabilidad en los cargos de narcotráfico, que son los cargos que le pueden acarrear una pena de cadena perpetua. Lo que está haciendo es empezar a colaborar, contar lo que más específicamente le importa a Estados Unidos: quiénes son los funcionarios públicos mexicanos, supuestamente aliados de Estados Unidos, que en realidad están jugando a favor a los cárteles y facilitan la llegada de drogas sintéticas que matan a los estadounidenses", señala Balderas.
Las consecuencias de esta colaboración podrían ser profundas. En el sistema judicial estadounidense, basta con una declaración directa para que esta sea considerada prueba. Ovidio no necesita mostrar grabaciones ni fotografías; su palabra es suficiente. Este escenario ya generó inquietud en figuras del ámbito político mexicano, ya que una simple mención suya podría tener implicaciones judiciales, como ocurrió en el caso de Genaro García Luna, sentenciado con base en testimonios.
Además, Ovidio podría negociar beneficios adicionales como visitas familiares más frecuentes, acceso a recursos financieros congelados e incluso prisión domiciliaria en un futuro. Todo dependerá del valor de la información que proporcione.
"Ovidio va a pasar tiempo en la cárcel y lo que podría negociar es que no sea cadena perpetua y que sí sea una cárcel en condiciones mejores que las que tiene su padre o de García Luna, que ahora es vecino de celda de Joaquín Guzmán Loera". mencionó Óscar Balderas.
"¿Qué tipo de beneficios puede buscar Ovidio? Por ejemplo, que lo muevan a una cárcel de mediana seguridad, que se le autoricen más visitas de su familia que ya está en Estados Unidos. Que algunas de sus cuentas bancarias puedan ser desbloqueadas para que la familia y sus hijas puedan tener acceso a ese dinero. Y en un caso muy extremo, después de algunos años de cárcel, que Ovidio podría conseguir una especie de prisión domiciliaria, donde reciba incluso el pago de la renta y hasta el supermercado, porque es considerado, al mismo tiempo, colaborador de la justicia y testigo en juicios contra otros capos", indicó.
Óscar Balderas advirtió que el caso no solo expone las conexiones entre criminales y políticos, sino que también revela una lucha interna entre miembros del Cártel de Sinaloa. Ovidio y su hermano Joaquín Guzmán López, ya bajo proceso, estarían adelantándose en la negociación con las autoridades, mientras otros líderes como “El Mayo” Zambada aún permanecen en libertad.
