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En entrevista para MVS con Luis Cárdenas, Ezra Shabot, periodista, habló sobre el ataque estadounidense a las instalaciones nucleares iraníes.
Los recientes ataques de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares en Irán representan un punto crítico en la escalada del conflicto en Medio Oriente. De acuerdo con el análisis del periodista Ezra Shabot, esta operación fue realizada en estrecha coordinación con Israel, en una estrategia conjunta para debilitar la capacidad nuclear iraní y mostrar poderío internacional.
"Se trata de una decisión tomada coordinación, de una manera muy clara, entre el gobierno de Trump y el de Netanyahu. Es cierto que uno ha alimentado al otro en esta estrategia para hacer que Irán no tenga capacidad nuclear", afirma Shabot.
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A pesar de su retórica aislacionista durante la campaña, el expresidente Donald Trump ha optado por una intervención directa. Aunque inicialmente afirmó que las instalaciones fueron eliminadas, posteriormente cambió su postura y señaló que sólo fueron seriamente dañadas, especialmente las ubicadas a gran profundidad. Este cambio de narrativa refleja el estilo impredecible de Trump, cuya estrategia en la región se define sobre la marcha.
Shabot advierte que la falta de información confiable desde Irán complica la evaluación del verdadero impacto de los bombardeos. Sin embargo, el objetivo de Trump parece ser más simbólico: proyectar liderazgo global en un contexto en el que otras potencias han mantenido distancia frente al régimen iraní.
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Para Trump, según el análisis del periodista, esta acción es una forma de "demostrar poderío, capacidad de acción y liderazgo internacional". A pesar de sus políticas aislacionistas en campaña, donde decía que Estados Unidos no debía intervenir en conflictos externos que no le atañían directamente, resulta que este sí le atañe. E incluso frente a las propuestas de no atacar y no intervenir de los republicanos más radicales, Trump decide hacerlo.
"¿Hasta dónde va a llegar? No lo sabemos, porque su estrategia se construye día a día. Cuando Israel atacó Irán, Trump estaba esperando a ver el éxito de la operación israelí. Una vez que esto funciona, él se sube a esta opción para destruir prácticamente toda una industria nuclear iraní sin control", señaló Shabot.
El riesgo de un nuevo escenario de colapso regional
A diferencia de la intervención en Irak, donde se justificó una invasión con base en armas de destrucción masiva inexistentes, el caso iraní podría derivar en una desestabilización aún más profunda si se fuerza una caída del régimen sin una alternativa clara.
Shabot señala que una intervención que no contemple el contexto interno iraní podría fragmentar aún más la región y fomentar el surgimiento de grupos radicales dentro del país persa.
Sobre la posibilidad de una guerra prolongada, Shabot considera que es poco viable en este momento. Irán se encuentra prácticamente solo: sin apoyo real de China, con Rusia ocupada en Ucrania, y con sus principales aliados regionales —como Hezbolá, Hamás o los hutíes— debilitados tras la ofensiva en Gaza. Además, el mundo árabe observa a distancia, sin intención de intervenir activamente.
"Yo creo que esto no es viable. Finalmente, algo que tendríamos que considerar muy claramente es el hecho de que el propio gobierno iraní no tiene aliados que los estén apoyando. Hay quien interpreta que esto tiene que ver con una estrategia contra China, pero eso es muy lejano, muy difícil, prácticamente te diría yo, imposible que China se incorporara a un apoyo iraní que tampoco es que exista abiertamente", aseguró el periodista.
Aun así, el panorama en Medio Oriente se mantiene impredecible. Shabot concluye que, aunque Irán está aislado, la evolución del conflicto puede cambiar de forma abrupta, como ha ocurrido repetidamente en la región.
