Audio relacionado
En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, el especialista en ciencia Arturo Barba habló sobre uno de los temas más delicados y relevantes del contexto internacional actual: las bombas nucleares. Desde su funcionamiento hasta sus devastadores efectos, Barba explicó con claridad lo que implicaría el uso de este armamento en cualquier parte del mundo.
¿Cómo funciona una bomba nuclear?
Una bomba nuclear opera a partir de un principio físico conocido como fisión nuclear, en el cual se divide el núcleo de átomos como el uranio-235, un isótopo altamente inestable. Esta división produce una reacción en cadena liberando enormes cantidades de energía. Para fabricar una bomba, se necesita uranio enriquecido al 90%, lo que lo vuelve apto para detonar con gran potencia.
Barba explicó que, con apenas 24 kilos de este material, el equivalente al volumen de un garrafón de agua, se puede provocar una explosión comparable a la de Hiroshima o Nagasaki. Estas bombas tenían una potencia de entre 15 y 20 kilotones, lo que equivale a entre 15 mil y 20 mil toneladas de dinamita. Actualmente, solo nueve países en el mundo poseen armas nucleares.
Te podría interesar
"Solo nueve países tienen bombas nucleares. Por supuesto, Rusia encabeza la lista con más o menos 5 mil 500 ojivas nucleares, Estados Unidos con 5 mil, después viene China con 600, Reino Unido y Francia más o menos con 300 cada uno, Pakistán y la India con 180 y 190 bombas nucleares, más o menos. Corea del Norte se calcula que pueda tener unas 90 ojivas nucleares, y por supuesto Israel unas 50", expresó el especialista.
Efectos inmediatos y a largo plazo
Una bomba nuclear no solo provoca una explosión; su impacto incluye una onda expansiva de más de 400 km/h, un pulso térmico que quema en segundos todo lo que esté cerca y una bola de fuego que genera el icónico “hongo” radiactivo. A esto se suman efectos electromagnéticos y niveles de radiación que pueden ser letales.
Te podría interesar
Según Barba, las bombas actuales son hasta 400 veces más poderosas que las usadas en 1945. Ya no se miden en kilotones, sino en megatones, es decir, millones de toneladas de TNT. Las bombas más poderosas, como la Tsar rusa, tienen una capacidad de 40 megatones.
"En el caso, por ejemplo, de Hiroshima y Nagasaki, estamos hablando de bombas de 15 kilotones, es decir, 15 mil toneladas, la de Hiroshima, el equivalente a 15 mil toneladas de TNT, de dinamita. La de Nagasaki fue de 20 kilotones, 20 mil toneladas de dinamita, y para hacerlas más destructivas, detonaron a 600 metros de altura", contó Barba.
"Esto genera una onda de choque, es decir, una fuerza del viento, como si fueran vientos huracanados de más de casi 400 kilómetros por hora. Esa sola onda de choque, al momento de la explosión, genera una devastación terrible. Pues lo primero que se observa en una bomba es, por supuesto, la detonación, un destello que es una detonación térmica, un pulso electromagnético, que viaja a la velocidad de la luz, y genera un brillo superior al de la superficie del sol. Aquellas personas que lo vean, se les queman las retinas", relató.
"Aquellas personas que estén a 10 kilómetros debajo de la explosión se quemarían en los primeros 12 segundos. Y por supuesto, la onda expansiva destruiría lo que hay alrededor de 20 kilómetros, a una velocidad con vientos huracanados de más o menos 400 kilómetros por hora", detalló.
"Segundos después, viene un huracán de fuego, una bola de fuego que, junto con los vientos terribles, se convierte en un huracán de fuego, y destruye y quema todo lo que esté a la redonda 20 kilómetros", afirmó.
¿Podría México verse afectado por un ataque nuclear?
Aunque México no es un objetivo directo, sí podría verse afectado por la radiación secundaria en caso de una explosión nuclear en países vecinos como Estados Unidos. Barba advirtió que, dependiendo del viento, la radiación podría alcanzar al norte del país y generar efectos similares a los de Chernobyl, con consecuencias graves a mediano y largo plazo como cáncer y contaminación de suelos agrícolas.
"Bueno, sus efectos directos de radiación no serían tan graves aquí en México, depende de la magnitud de la bomba. Más o menos se calcula que en promedio una bomba, digamos no tan potente como 400 veces la de Hiroshima y Nagasaki, más o menos de 100 kilotones, que es equivalente a unas 40 veces la bomba de Hiroshima y Nagasaki, podría destruir una ciudad como la de Querétaro o de San Luis Potosí", advirtió Arturo Barba.
"En el corto plazo no, pero hay efectos de largo plazo. Uno de ellos por supuesto es la radiación. En el lugar donde cae la bomba las personas estarían expuestas al doble de la radiación máxima que sufrieron las personas, los habitantes de Chernobyl. Se divide en grays; la máxima exposición sería de 84 grays, la máxima exposición en Chernobyl fue de 50, casi el doble de la radiación a la que estaría expuesto. Esta radiación se movería por supuesto en dirección del viento. Si aquí en la Ciudad de México cae en el sur, la radiación se va hacia Morelos, en el sur de la Ciudad; si cae en el norte de la ciudad, en Ecatepec o Naucalpan, se bañaría toda la Ciudad de México", expresó.
"El norte de nuestro país también estaría sometido a la radiación que estuvieron sometidos los habitantes de Chernobyl, más o menos alrededor de 30 grays, es decir, casos asegurados de muerte de cáncer en los próximos 10 años desde San Luis Potosí hacia arriba, Coahuila, Durango, Sonora, por supuesto las Baja California, Sinaloa, se acabaría el granero de nuestro país", agregó.
Además, un conflicto nuclear global, como un hipotético choque entre Rusia y EE.UU., podría lanzar millones de toneladas de cenizas y hollín a la atmósfera, reduciendo la luz solar y afectando la producción de alimentos en todo el mundo. Estudios han estimado que una guerra entre India y Pakistán provocaría no solo 200 millones de muertes inmediatas, sino también una hambruna global que afectaría a más de 2,500 millones de personas.
"Uno de los efectos que podrían ocurrir con una bomba nuclear allá en Medio Oriente es que podría levantar tantas cenizas en la atmósfera como grandes erupciones volcánicas", aseveró.
¿Estamos preparados?
Barba concluyó recordando que existen actualmente tantas ojivas nucleares activas como para destruir el planeta entre 15 y 100 veces.
"Existen tantas bombas nucleares como para destruir entre 15 veces y 100 veces nuestro planeta, dependiendo las condiciones y por supuesto considerando la capacidad que han declarado o que se estima que exista en el planeta", aseguró el experto.
Aunque hoy no hay una amenaza directa para México, el riesgo de un conflicto nuclear en Medio Oriente, Asia o Europa tiene efectos potenciales a escala planetaria. Comprender el poder y la amenaza de las armas nucleares no solo es un asunto de política exterior: es una cuestión de supervivencia global.
