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El debate sobre el futuro de las instituciones judiciales y el poder del Estado en México comienza a preocuapar, y el experto en política Ezra Shabot lanzó una advertencia directa: el país está transitando hacia un modelo de poder concentrado que remite a los años del viejo régimen priista. Durante su participación en el espacio de Manuel López San Martín en MVS Noticias, Shabot ofreció un análisis profundo sobre lo que considera una regresión en el sistema penal y un intento claro por eliminar los contrapesos democráticos.
Para Shabot, los cambios propuestos —y en parte ejecutados— por el actual gobierno no son casuales. Se trata, afirma, de una estrategia perfectamente calculada para “hacerse de todo el poder, no compartir nada, eliminar cualquier tipo de contrapeso, deshacerse de lo que pueda incomodar”.
Un retroceso en el sistema penal de México
El analista recordó que el sistema penal acusatorio fue construido durante años con el objetivo de pasar de una estructura cerrada a una abierta, que permitiera profesionalizar a quienes imparten justicia. Sin embargo, asegura que ese esfuerzo hoy se encuentra en riesgo.
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“Construir un sistema penal acusatorio requería… pasar de una estructura cerrada a una estructura abierta, lo que se conoce como un servicio profesional de carrera”, explicó.
“Se avanzó sustancialmente en el área finalmente de jueces, magistrados y ministros hasta cierto punto, pero lo que quedó totalmente pues todavía ahí en veremos, eran las famosas procuradurías o fiscalías… gente que no sabe hacer, no sabe armar expedientes”.
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Shabot considera que la nueva lógica del sistema, en la que lo técnico y jurídico es sustituido por lo político, favorece una toma de decisiones arbitraria:
“Aquí ya no se trata de si el expediente está correcto o no, sino quién decide, quién manda, quién ordena la sentencia como tal… Es un problema de ejercer el poder político de forma total y absoluta, sin ningún tipo de mecanismo de contención”.
Autonomía judicial bajo amenaza
Otro de los focos de preocupación es la independencia del poder judicial, que según Shabot, corre peligro frente a las presiones del poder político y económico:
“Las decisiones que se tomen desde arriba… y las que no se toman desde arriba porque son cuestiones cotidianas… nadie está enterado, pues ahí tienes toda la autonomía del juez para decidir si lo que le enviaron sí sirve o no sirve. Y nadie, nadie le va a decir nada a menos que afecte un interés de algún poderoso en lo político y también en lo económico”.
