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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Bibiana Mendoza, vocera de la colectiva Hasta Encontrarte, explicó el caso del secuestro de “Don Panchito” del colectivo de búsqueda “Hasta Encontrarte” tras asesinar a su hijo.
“Panchito es parte de nuestra familia”, dice Mendoza al narrar el caso de la desaparición de Francisco Javier Ramírez, mejor conocido como “Don Panchito”. Su historia es doblemente desgarradora: primero sufrió la desaparición y asesinato de su hijo; luego, fue él quien desapareció el pasado lunes en Guanajuato.
¿Quién era Don Panchito?
“Don Panchito” era un buscador incansable que, a pesar de haber recibido en 2023 la notificación de que una parte vital del cuerpo de su hijo había sido localizada, prometió quedarse junto a las madres y padres que siguen buscando a los suyos. Lo cumplió hasta que, como lamenta Bibiana Mendoza, “volvimos a sufrir la pérdida de otro familiar”.
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Según relata la vocera del colectivo, Don Panchito nunca mencionó amenazas. Mantenía un perfil bajo por temor a ser visibilizado, pero nunca faltó a una búsqueda, manifestación o acción por la memoria. “Siempre un poquito por detrás porque le causaba inseguridad ser expuesto”, recordó.
¿Cómo fue el momento de los hechos?
La desaparición ocurrió cerca de su domicilio, un lugar que, irónicamente, está a escasos metros de instalaciones oficiales repletas de cámaras. “Pedimos la búsqueda inmediata, que se revisaran las cámaras... pero no hemos tenido información oficial ni avances”, denunció Mendoza, al cumplirse más de tres días del hecho.
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La violencia que enfrentan las y los buscadores en México no es nueva, pero sigue siendo invisibilizada. “Las y los buscadores nos están asesinando y nos están desapareciendo”, señala Bibiana, quien destaca que esta labor se realiza en un entorno marcado por el abandono institucional, el miedo constante y el estigma social.
El caso de Don Panchito evidencia la crisis nacional. “En Guanajuato hay más de 4 mil personas desaparecidas y, contra todo discurso, somos las buscadoras quienes encontramos las fosas”, lamenta. Vivir esta realidad implica aislamiento, señala: amistades, familias y hasta vecinos se alejan de quienes buscan, por miedo a ser también víctimas.
“No debe de haber desaparecidos y la única justicia que esperamos es que los que aún están, regresen con vida”, expresa con contundencia.
