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En entrevista con Manuel López San Martín para MVS Noticias, la doctora Mónica Uribe, especialista en Historia Política de la Iglesia Católica, analizó el arranque del cónclave en el Vaticano, donde 133 cardenales buscan consensuar al próximo líder de la Iglesia Católica. Como era de esperarse, la jornada comenzó con una fumata negra, lo que indica que no se ha alcanzado aún la mayoría calificada para elegir Papa.
“No sorprende este primer resultado”, comentó Uribe, al explicar que la diversidad ideológica, cultural y política de los cardenales complica un pronto acuerdo. “Sería rarísimo que en dos votaciones se eligiera Papa”, apuntó. La historiadora explicó que el actual colegio cardenalicio, compuesto por representantes de distintas latitudes, es reflejo de un Vaticano cada vez más global y menos homogéneo.
El cónclave tutti frutti: se complica la elección del sucesor del Papa Francisco
“La Iglesia Católica nunca ha sido monolítica y es bastante poliédrica”, subrayó la doctora Uribe. “Hay muchos grupos, incluso podríamos hablar, a mi juicio, de tres grupos básicos: tradicionalistas o conservadores, liberales o moderados, y progresistas. Pero dentro de estos grupos, hay divisiones por idioma, por afinidades personales, por agenda”.
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Además de las divisiones internas, Uribe destacó tres grandes preguntas que atraviesan el proceso actual de elección papal:
- ¿Qué tipo de Iglesia se desea: una misionera pero excluyente, o una incluyente y dialogante?
- ¿Se busca un pontificado largo o corto?
- ¿Cuál es el grado de compromiso de la Iglesia con la civilización occidental?
“Estamos en una crisis civilizatoria, en donde muchos de los valores de Occidente que fueron forjados por la Iglesia Católica están en un momento de crisis. No estoy hablando nada más de identidades sexuales, sino también de lo que se considera bueno, bello y verdadero”.
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¿Qué pasará sino se logra un ganador en las votaciones?
En cuanto a los tiempos, Uribe fue clara: no espera una elección antes del viernes o sábado. Si el estancamiento se prolonga, se activarían nuevas reglas de votación, que podrían incluir una mayoría simple, pero solo tras múltiples rondas sin resultados. “Yo no creo que elijan antes del viernes, en lo personal”, puntualizó.
La especialista también explicó que de los 133 cardenales electores, 108 fueron designados por el Papa Francisco, lo que marca una fuerte influencia del actual pontífice, pero no garantiza una línea de sucesión homogénea. Por eso, calificó al actual proceso como un “cónclave tutti frutti”, debido a la amplia variedad de perfiles presentes.
Por ahora, las miradas del mundo siguen puestas en la chimenea de la Capilla Sixtina, donde se emitirá la próxima señal de humo. Mientras tanto, la Iglesia se enfrenta no solo a la elección de un nuevo Papa, sino a la definición de su rumbo en un mundo cada vez más complejo.
