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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Susana Moscatel, habló sobre Casa Blanca comercializa tradicional búsqueda de huevos de pascua con patrocinios.
“Esta fue una ceremonia así de Pascua que ni siquiera es considerada un acto religioso, sino un acto político-social que se ha llevado a cabo por más de un siglo en la Casa Blanca”, explicó Moscatel, en referencia al tradicional White House Easter Egg Roll, donde niños decoran y buscan huevos de colores en los jardines de la residencia presidencial.
Patrocinios con doble intención en la Casa Blanca
Lo que ha llamado especialmente la atención en esta edición es la introducción de patrocinios corporativos. A diferencia de otros años, donde los productores avícolas donaban huevos como parte de una contribución simbólica, esta vez se abrieron paquetes de patrocinio que iban desde los 75 mil hasta los 200 mil dólares, según la periodista.
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“Varias de las compañías que están enfrascadas en batallas anti-monopolio contra el gobierno de Trump, son las que patrocinaron”, destacó Moscatel. “Meta… ofreció alteraciones con inteligencia artificial para que las fotos de los asistentes se vieran más bonitas. Amazon tenía un escenario para lectura infantil. Incluso YouTube estuvo presente, mientras Google enfrenta juicios por prácticas monopólicas”.
El evento, que teóricamente beneficia al White House Historical Association, se presentó como una actividad educativa sin fines de lucro. Sin embargo, para Moscatel, el contexto revela otra historia: “Es como demasiado… híjole, no se me ocurre una palabra que sea decente para la radio, pero en inglés es pandering, o sea, es lambisconear de una manera económica brutal”.
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El huevo como termómetro económico
Curiosamente, el huevo —símbolo principal del evento— se ha convertido también en una medida informal de la economía estadounidense. Moscatel señaló que, en un momento donde la inflación golpea los bolsillos, “muchos norteamericanos están midiendo su economía con base en los precios del huevo”.
“Sabemos que tiene que ver también con la gripe aviar, pero se han disparado los precios. Ya no puedo comprar huevos para comer, dicen algunos. Entonces, todo el simbolismo se juntó como en un acto que pareciera muy simpático y bonito, pero que en el fondo refleja una crisis más profunda”.
Además, los paquetes VIP incluían beneficios como una comida con Melania Trump y la posibilidad de conocer al presidente. “Para mí suena más a castigo que apremio, cualquiera de los dos”, bromeó Moscatel.
El evento de La Casa Blanca y los huevos de pascua se presenta, así, como un espejo de la sociedad estadounidense actual: entre tradición, capitalismo extremo y tensiones políticas. Lo que antes era una actividad infantil se ha transformado en un escenario donde las marcas y el poder juegan su propio “Easter Egg Roll”.
