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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Jorge Molina Larrondo, consultor en políticas públicas y comercio internacional, habló sobre que continúa sin claridad el tema arancelario México-Estados Unidos.
Según el consultor, la falta de claridad en este tema genera preocupación en la industria y el sector privado, afectando la estabilidad económica de ambos países.
Larrondo destacó que uno de los puntos críticos es el arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio, programado para entrar en vigor el próximo miércoles 12. “Ese sigue vigente todavía sobre la mesa y aplicaría no solo a México y Canadá, sino a cualquier país que exporte estos productos a Estados Unidos”, explicó.
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¿Cómo afectará los aranceles al sector automotriz?
En el sector automotriz, el experto señaló que el diálogo entre las armadoras en México y las autoridades ha sido clave para enfrentar las tensiones comerciales.
Sin embargo, indicó que las decisiones de la administración de Donald Trump han estado más influenciadas por grandes empresarios estadounidenses que por los propios gobiernos. “Ahí se está notando cuál puede ser también la estrategia que puedan tomar otros países como México y Canadá para influir en sus decisiones, ya sea a través de empresarios o de legisladores y gobernadores republicanos”, comentó Molina.
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¿Cuál es el impacto en la economía mexicana?
El consultor también advirtió sobre el impacto negativo de los aranceles en la economía mexicana. México es el principal proveedor de Estados Unidos, representando más del 16% de todas las importaciones estadounidenses.
De acuerdo con Molina, el 70% de los productos que México vende a Estados Unidos. son insumos intermedios, esenciales para la manufactura estadounidense. “El efecto de estos aranceles no solo se verá en productos finales como frutas, verduras y aguacates, sino también en el aumento de costos de producción en Estados Unidos”, explicó.
A pesar de ello, el votante promedio que apoya a Trump tiende a creer que los aranceles serán pagados por los países exportadores, cuando en realidad es el consumidor estadounidense quien termina asumiendo el costo. “Nadie le dijo a Trump que los aranceles son un impuesto a las importaciones y que terminan encareciendo los productos”, comentó.
Finalmente, Molina Larrondo señaló que más allá de los aranceles, podrían surgir nuevas fricciones comerciales, como la eliminación de órganos regulatorios que juegan un papel clave en la negociación del T-MEC.
