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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Fernanda García, directora de Sociedad Incluyente del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. abordó el tema de México tardaría 56 años en alcanzar la participación económica que tienen los países de la OCDE.
En México, la participación de las mujeres en el mercado laboral sigue siendo una asignatura pendiente. Según García, el país podría tardar hasta 56 años en alcanzar la misma tasa de participación económica que los países de la OCDE.
Actualmente, solo el 46% de las mujeres mexicanas forman parte de la fuerza laboral, una cifra muy por debajo del 67% de la OCDE y del 80% de los hombres en México. Además, la mayoría de ellas se emplea en el sector informal, lo que las deja sin acceso a seguridad social, instituciones de salud y protección legal.
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¿Cuáles son las consecuencias de la informalidad y la brecha salarial?
Las mujeres que trabajan en la informalidad perciben 40% menos ingresos que aquellas que están en el sector formal. Esta desigualdad no solo afecta a las trabajadoras, sino también al desarrollo económico del país. Según un estudio del IMCO, si la participación económica femenina en México aumentara del 46% al 67%, se podrían sumar casi 7 billones de pesos a la economía en la próxima década.
"Si lo vemos no en comparación con los países de la OCDE, este número es de 67% o en comparación con los hombres en el mismo país es de casi el 80%", explicó.
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"En promedio, una mujer dedica 40 horas semanales a estas actividades, mientras que los hombres solo 16". Esta situación limita no solo su participación, sino también su permanencia y crecimiento profesional. Prueba de ello es que solo el 3% de las direcciones generales de empresas en México están ocupadas por mujeres.
¿Cuáles son las soluciones necesarias para cerrar la brecha salarial?
Para equilibrar la balanza, es fundamental redistribuir las tareas de cuidado tanto en los hogares como en las empresas y el Estado.
Una de las medidas urgentes es la ampliación de los permisos de paternidad, que actualmente son de solo 5 días, en comparación con los 84 días otorgados a las mujeres. Además, las licencias de paternidad no son obligatorias ni financiadas por la seguridad social, lo que desincentiva su uso.
"Cómo uno de los principales temas es el tema de los cuidados hoy por hoy las mujeres realizan la principal carga de cuidados dedican 2.5 veces más tiempo que los hombres a estas tareas sin recibir una remuneración a cambio", agregó.
Otra solución clave es la flexibilidad laboral. Las empresas pueden facilitar esquemas de trabajo que permitan a las mujeres compatibilizar su vida profesional y personal sin penalización económica.
Asimismo, implementar apoyos para guarderías, convenios con instituciones de cuidado infantil y extender las políticas de inclusión a los hombres ayudaría a eliminar estereotipos de género y fomentar un ambiente laboral equitativo.
La baja participación laboral femenina no es solo un problema social, sino una barrera económica que afecta a todo el país. Implementar políticas que permitan una mayor integración de las mujeres al mercado laboral no solo mejoraría su calidad de vida, sino que impulsaría el crecimiento económico nacional.