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En entrevista para MVS Noticias con Manuel López San Martín, Liliana Meza, integrante del colectivo Luz y Esperanza, y Patricia Sotelo, de Huellas de Amor en Jalisco, compartieron su experiencia y denuncias tras visitar el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco.
Ambas coincidieron en que el acceso al lugar, relacionado con investigaciones de desapariciones y hallazgos óseos, fue una estrategia montada por las autoridades para aparentar acciones. "Fue un teatro montado porque todo estaba limpio, acomodado. Caminábamos con familiares de guerreros buscadores, y ellos mismos decían que las cosas que habían cavado ya tenían tierra encima", señaló Liliana Meza.
Liliana explicó que el ingreso al rancho Izaguirre fue gestionado por la Fiscalía General de Jalisco y que la Fiscalía General de la República (FGR) los esperaba para tomar sus datos. Sin embargo, la entrada no fue sencilla. “Nosotros veníamos en un camión, entramos juntos reporteros y familias. Nosotros irrumpimos porque no nos dejaban pasar”, detalló.
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Además, Meza lamentó las condiciones del lugar cuando finalmente les permitieron el acceso. “Estuve siguiéndolo por televisión cuando empezaron a encontrar los restos óseos. Desde ese día que ellos entraron y nos mostraron, al día que nos dejaron pasar, todo estaba diferente”, aseguró.
Por su parte, Patricia Sotelo expresó su decepción al no encontrar personal trabajando ni explicaciones claras sobre las actividades en el lugar. “Esperábamos encontrar gente trabajando, que nos explicaran qué se estaba haciendo en cada una de las fosas. Fue un terreno limpio de toda evidencia”, denunció.
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Además, criticó la actitud de las autoridades hacia las familias afectadas. “De la autoridad no hay apoyo, se supone que deberían hacer su trabajo. No nos tratan como víctimas. Nosotros fuimos los títeres de su circo”, concluyó.
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Para terminar, ambas mujeres hicieron un llamado a las autoridades para que se realicen investigaciones transparentes y con enfoque en las víctimas, ya que, hasta ahora, el rancho Izaguirre sigue siendo un punto clave en las investigaciones de desapariciones en Jalisco, en el que las familias de los desaparecidos demandan acciones reales y no simulaciones.