Audio relacionado
En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Rubí, hermana de Merari Noemí García, contó como los familiares de joven desaparecida reconocen pertenencias encontradas en el Rancho Izaguirre.
El caso de Merari Noemí García, joven desaparecida en mayo de 2024 en Guadalajara, ha tomado un nuevo giro tras el hallazgo de diversas pertenencias en el Rancho Izaguirre, pues su hermana confirmó el reconocimiento de objetos personales, entre ellos, calzado y una maleta, lo que reavivó la esperanza de encontrar respuestas sobre su paradero.
¿Cómo la reclutaron?
Según relató Rubí, Merari Noemí recibió una oferta de trabajo a través de WhatsApp con un salario atractivo de seis mil pesos semanales. La propuesta incluía hospedaje y alimentos, lo que resultaba tentador para cualquier persona en busca de estabilidad económica. Sin embargo, la agencia no proporcionaba detalles claros sobre su identidad, solo un número de contacto. “Ella me manda la información por WhatsApp, pero no venía ningún nombre de la agencia, solo el número con el que se comunicaba”, detalló.
Te podría interesar
¿Cuál era el destino de Merari?
Confirmó que Noemí salió con destino a la central de autobuses con sus pertenencias, pero nunca regresó. Lo último que se supo de ella fue a través de su teléfono celular, cuyo último registro de ubicación se dio en la Nueva Central de Guadalajara. La Policía Cibernética confirmó que su última conexión fue el mismo día de su desaparición.
Explicó que casi un año después, en redes sociales comenzaron a circular imágenes de objetos encontrados en el Rancho Izaguirre. Al ver las fotos, Rubí identificó dos pares de zapatos de su hermana, una maleta y una biblia. “Fue un golpe muy fuerte, pero reconocí los zapatos que usaba en su última foto y una biblia que siempre tenía en casa”, explicó.
Te podría interesar
¿Cuál es la postura de la familia?
Tras el hallazgo, la familia acudió a la Fiscalía, pero las autoridades les informaron que las evidencias debían ser analizadas y que el proceso podría tardar meses. Según Rubí, algunas pruebas podrían estar comprometidas debido a la forma en que se encontraron: “Nos dijeron que sería difícil extraer ADN de los restos hallados porque las temperaturas eran muy altas, los calcinaron”, reveló.
A pesar del hallazgo de sus pertenencias, la familia no da por muerta a Merari Noemí. “No podemos darla por muerta porque cuando llegaron al rancho, las velas seguían consumiéndose. Eso indica que alguien había estado allí recientemente”, explicó Rubí.
El caso de Merari Noemí pone en evidencia los peligros de ofertas de trabajo fraudulentas y la importancia de investigar antes de aceptar un empleo. “Es vital que las personas verifiquen la autenticidad de las agencias y que siempre informen a sus familias sobre su paradero”, concluyó Rubí.