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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Juan Pablo Mendizábal, médico forense, habló sobre la persecución laboral por dictamen forene contrario a la versión oficial del caso Ernestina Ascencio.
La búsqueda de justicia en el caso de Ernestina Asencio Rosario, una mujer indígena cuyo trágico fallecimiento dejó una profunda herida en la sociedad mexicana, continúa despertando ecos de reclamaciones y testimonios de abuso de poder.
Mendizábal, recuerdó con angustia cómo su carrera se vio afectada tras emitir un dictamen que contradijo las versiones oficiales en 2007. "Cuando llegué al hospital, el ambiente era tenso. Teníamos que esclarecer la muerte de Ernestina, y todos sabían que era un asunto sensible", narró.
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Asimismo, documentó múltiples lesiones, desgarros y hematomas que llevaron a la conclusión de que Ernestina había sufrido abusos físicos.
Esta tragedia se convirtió en un punto crucial para el médico forense, que a pesar de haber seguido los protocolos y las ordenes del Ministerio Público, se encontró bajo el ataque del sistema. "La presión fue intensa. Desde el gobierno, se lanzarían acusaciones sobre la veracidad de mi trabajo, llegando a amenazarme con la cárcel", recordó.
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A pesar de solicitar su reinstalación, Mendizábal aún lucha por recibir la pensión que le corresponde y por recuperar la dignidad perdida. "He sido víctima de un sistema que intenta escabullirse de la verdad", afirmó.
La angustiosa situación que enfrenta se complica aún más por la falta de respuestas sobre las recomendaciones hechas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Corte Interamericana.
Amenazas y silencio tras la búsqueda de Ernestina Asencio Rosario
La presión que experimentó no solo provino de su despido, también incluyó amenazas anónimas que afectaron su vida y la de su familia. "No solo era mi carrera, sino también la seguridad de mis seres queridos. Las consecuencias de hablar son aterradoras", confiesa.
También aseguró que nunca buscó protagonismo, solo cumplir con su deber ético y profesional. "Tener que lidiar con este tipo de situaciones es desgastante. No solo te afecta a ti, sino también a tu familia, a tus amigos, a toda tu comunidad. Y la injusticia continuó".
El posible camino a la verdad
A medida que se cumplen 16 años de esta historia trágica, la participación activa de líderes en derechos humanos indica un cambio. "Ojalá que esta vez se cumpla lo prometido. Solo quiero lo que me corresponde, nada más".
La voz de Mendizábal refleja un anhelo colectivo por la justicia no solo para Ernestina, sino para todas las víctimas que, como ella, han quedado atrapadas en las sombras de la indiferencia institucional.
El proceso de sanación para Mendizábal y la comunidad que busca justicia por Ernestina continua. En este contexto, su historia permanece como un recordatorio de que la lucha por la verdad y los derechos humanos no culmina, sino que se renueva con cada reclamo.