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En entrevista para MVS Noticias con Ana Francisca Vega, Wendy Figueroa Morales, directora general de la Red Nacional de Refugios, abordó un tema urgente: en México, cada día más de 10 mujeres son víctimas de feminicidio. Esta alarmante cifra refleja la persistencia de una violencia estructural marcada por la impunidad, que alcanza el 98% en estos casos.
Figueroa describió el contexto actual como “una violencia cotidiana”, subrayando que las agresiones contra mujeres y niñas no son hechos aislados, sino consecuencia de un sistema patriarcal profundamente arraigado.
“La violencia que viven las mujeres no solo ocurre en el ámbito público, sino también en el privado y en los espacios digitales. No hay un lugar seguro para ser mujer, niña o adolescente”, afirmó.
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Aunque reconoció avances en la visibilización del problema, insistió en que el informe presentado el pasado 25 de noviembre representa apenas un mínimo esfuerzo gubernamental.
“Esto es lo mínimo que se debe hacer. El Estado mexicano tiene una deuda histórica con las mujeres”, enfatizó.
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Falta de justicia, revictimización y ausencia de recursos
Uno de los puntos más graves señalados por la activista es la revictimización institucional.
“El 40% de las mujeres que llegan a nuestros refugios han buscado ayuda en cinco instituciones gubernamentales sin ser escuchadas”, lamentó.
Figueroa destacó que la violencia institucional se ha convertido en uno de los principales obstáculos para acceder a la justicia. Recalcó, además, que no es posible hablar de avances sin presupuestos suficientes, específicos y autónomos.
“No podemos hablar de derechos humanos sin recursos que garanticen políticas efectivas para prevenir y atender la violencia contra las mujeres”, sostuvo.
Llamado a una agenda conjunta y participación ciudadana
La directora de la Red Nacional de Refugios subrayó la importancia de fortalecer la participación de organizaciones civiles, supervivientes de violencia y familiares de víctimas en el diseño de políticas públicas.
“Es fundamental que el Estado fomente un diálogo real que contemple todas las voces para construir una agenda conjunta”, concluyó.
La situación, insistió, exige que la sociedad en su conjunto pase del discurso a la acción, pues la urgencia de transformar la realidad de las mujeres en México nunca ha sido mayor.