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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Óscar Balderas, periodista, habló sobre Javier Duarte y el tema de la violencia en Michoacán por el asesinato de Carlos Manzo.
El periodista Óscar Balderas ofreció un análisis profundo sobre el panorama de la violencia en México. Abordó desde los fallidos pactos criminales del exgobernador Javier Duarte en Veracruz hasta los desafíos de seguridad que enfrenta la nueva administración en Michoacán, particularmente tras el asesinato de Carlos Manzo.
Veracruz: La caída de los pactos y la ola de desapariciones
Balderas recordó la época de Fidel Herrera, exgobernador de Veracruz, quien, según la percepción popular y empresarial en el estado, había logrado navegar la inseguridad gracias a una "Paz Narca". "Mucha gente en Veracruz, empresarios, gente a pie, incluso ministros de culto, te dicen, bueno, es que había una Paz Narca, el propio Fidel Herrera había pactado con los zetas y había permitido únicamente cierta operación en ciertas partes del Estado".
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Sin embargo, al llegar Javier Duarte al gobierno, esta precaria estabilidad se rompió. Duarte, a quien los Zetas veían como "tonto" y "limitado", no pudo renovar los acuerdos y terminó en una posición de debilidad.
"Javier Duarte no puede renovar los pactos con los zetas. Los zetas crecen de una manera impresionante... Rompen los zetas con él... y entonces Javier Duarte como para poder controlar que no se le salieran del corral, tiene que darle más poder al Cártel Jalisco Nueva Generación", dijo.
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La guerra subsecuente entre Los Zetas y el CJNG desató una "ola tremenda de desapariciones", cuyo impacto se manifestó posteriormente con el hallazgo de fosas clandestinas. Balderas calificó el sexenio de Duarte como "brutal para la prensa" y lamentó que haya salido, pues "sin duda es un tipo que le hizo un daño brutal a la sociedad veracruzana y a México".
Michoacán: El nuevo 'Laboratorio' de seguridad
El asesinato de Carlos Manzo ha puesto a Michoacán en el centro de la estrategia federal. Según Balderas, el estado se convierte en el "laboratorio más importante en este momento del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum para el tema de seguridad".
Tras su triunfo electoral, la Presidenta encargó a su equipo, liderado por Omar García Harfuch, delinear un plan de seguridad para los primeros 100 días. Dicho plan tenía objetivos claros, como disminuir el homicidio doloso en los 20 municipios más violentos y frenar la extorsión en la región limonera de Michoacán.
El despliegue actual en Michoacán, motivado por el caso Manzo, es "muy interesante" y difiere de la estrategia frontal conocida como la Guerra de Calderón. Se asemeja más a un modelo dirigido por inteligencia. "Se parece más bien a una cosa que haría un Estado tipo Estados Unidos, que con agencias de inteligencia te dirige a cuerpos de élite para ir sobre objetivos muy específicos, mientras al mismo tiempo generas una gran gastotote social".
Balderas advierte sobre fenómenos peligrosos que se están haciendo presentes en la entidad:
- El uso creciente de sicarios suicidas, que saben que tienen pocas probabilidades de salir vivos de su misión.
- El utilizamiento cada vez mayor de menores de edad, como el presunto asesino de 17 años en el caso Manzo, lo que conlleva sentencias cortas.
- La urgente necesidad de discutir y regular el uso de la fuerza letal por parte de escoltas, ya que una acción de "bote por pronto" al abatir a un sicario corta la cadena de información que podría identificar a los autores intelectuales del crimen.
El objetivo primario de este "Plan Michoacán" se ha identificado como "El Barbas", jefe del oriente de Michoacán y el narcotraficante más relevante en el estado después de "El Mencho" del CJNG. El gobierno ha desplegado 5 grupos de élite de la Marina para su detención.
"Es un tipo que ha crecido a la par de varios liderazgos criminales muy importantes... y que hoy es el representante del cártel Jalisco Nueva Generación", mencionó Balderas.
La eficacia del plan de seguridad se juega en la captura de este líder, cuya capacidad para evadir a la justicia ha sido aprendida de capos anteriores. El Barbas es "el terror de esa zona," y su caída representaría un golpe significativo contra la violencia en México en el oriente michoacano.