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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, el internacionalista, Fausto Pretelin habló de la guerra por un día entre Trump y Petro.
El reciente enfrentamiento verbal entre Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, y Gustavo Petro, presidente de Colombia, encendió las alarmas sobre los riesgos de trasladar tensiones diplomáticas a las redes sociales. Fausto Pretelin, analista en relaciones internacionales, analizó este peculiar episodio que, aunque breve, dejó una estela de lecciones para la política exterior en América Latina y el manejo de relaciones bilaterales con Estados Unidos.
Todo comenzó cuando Trump, desde su plataforma Truth Social, lanzó declaraciones incendiarias contra Petro, a quien acusó de “permitir el caos migratorio”. Petro respondió desde X (antes Twitter) con una postura desafiante, proponiendo que Colombia regularice a los 15 mil estadounidenses que residen ilegalmente en su territorio si Estados Unidos deportaba masivamente a colombianos.
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Según Pretelin, este cruce público fue un error de ambos líderes. “La diplomacia se trabaja en la sombra, no en redes sociales. Un presidente debe tener altura y evitar caer en provocaciones,” señaló. La respuesta de Petro no solo igualó el tono de Trump, sino que también complicó una relación bilateral ya delicada.
Deportaciones y tensiones migratorias
En medio de este contexto, Marco Rubio, senador estadounidense, reveló que aviones con deportados colombianos ya habían salido desde Estados Unidos. Sin embargo, Petro negó haber autorizado tales vuelos y señaló que su equipo se encontraba investigando. “Esto muestra el nivel de descoordinación interna y como decisiones impulsivas pueden generar conflictos mayores", destacó Pretelin.
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En paralelo, la presidenta de México, quien también enfrenta presiones por temas migratorios con Estados Unidos, habría rechazado inicialmente un avión militar con deportados. Según Reuters, esta decisión se modificó más tarde debido a las condiciones climáticas extremas en la frontera.
Pretelin consideró que este episodio deja claras lecciones para América Latina. Primero, que los líderes deben evitar trasladar disputas diplomáticas a plataformas digitales, donde el impacto mediático puede superar la realidad de los hechos. Segundo, que es necesario reforzar los canales de comunicación y coordinación entre los países de la región, especialmente en temas tan delicados como la migración.
La propuesta de Petro de regularizar a los estadounidenses indocumentados podría verse como un intento de equilibrar las relaciones de poder, pero también como una reacción que evidencia falta de preparación. “El problema de fondo es que América Latina sigue ideologizando su postura frente a Estados Unidos en lugar de buscar soluciones prácticas y conjuntas”, opinó Pretelin.
Aunque la “guerra de un día” entre Trump y Petro parece haber terminado, el incidente dejó una sensación de fragilidad en las relaciones bilaterales y en la capacidad de América Latina para enfrentar desafíos comunes. Como concluyó Pretelin, “La diplomacia requiere cabeza fría y visión estratégica, no impulsos mediáticos que solo alimentan tensiones.”