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Hoy en la mesa redonda con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, se habló de la ‘Economía de la Intención: La Inteligencia Artificial podría predecir las decisiones de los consumidores’.
La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una tecnología futurista para convertirse en una herramienta clave en el mundo del consumo digital. Durante la reciente mesa redonda “Economía de la Intención”, expertos en tecnología discutieron cómo la IA predice las decisiones de compra de los consumidores, moldeando sus preferencias y comportamientos.
José Antonio Pontón, experto en tecnología, destacó que la IA predictiva no es algo nuevo, pero su alcance y precisión han evolucionado.
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“Se ha utilizado desde hace años para vendernos más, para saber nuestros gustos y meternos en un perfil. Hoy, con herramientas avanzadas como ChatGPT o los sistemas de recomendaciones, la IA puede anticipar nuestras intenciones antes de que siquiera las expresemos claramente”, comentó.
La capacidad de la IA para analizar factores como la geolocalización, la temperatura, o incluso el historial de compras permite generar sugerencias precisas. “Tomamos una foto de un anuncio o simplemente pensamos en un producto, y poco después ya lo hemos anunciado en Instagram”, señaló Pontón.
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Por su parte, Montserrat Simó, especialista en tecnología, abordó el concepto de la “Economía de la Intención” como un sistema que no solo identifica lo que los consumidores quieren, sino también lo que podrían desear basándose en patrones de comportamiento.
“El riesgo no es tanto la IA en sí, sino cómo gestionamos nuestra privacidad y el acceso a nuestros datos personales”, alertó Simó.
Un ejemplo claro es el uso de algoritmos en plataformas como Amazon, que anticipan productos de interés basándose en el historial de compras. Simó explicó que esta tecnología también podría aplicarse en dispositivos cotidianos, como refrigeradores inteligentes que avisan cuando faltan ciertos alimentos.
“Aunque esto puede parecer útil, también conlleva problemas de seguridad y privacidad”, advirtió.
Javier Matuk, también experto en tecnología, enfatizó que “cuando algo es gratis, el producto somos nosotros”. Las redes sociales y las plataformas digitales recopilan información sobre cómo interactuamos con el contenido: desde cuánto tiempo pasamos viendo una historia en Instagram hasta cuántas veces volvemos a un anuncio.
“Toda esa data se vende al mejor postor, quien busca ofrecer anuncios dirigidos a miles de usuarios que comparten patrones de comportamiento”, puntualizó.
Los expertos coincidieron en la importancia de desarrollar un criterio sólido para navegar en el ecosistema digital actual. Pontón reflexionó:
“La IA nos reta a ser más humanos, a tener discernimiento para decidir cuándo caer en el anzuelo de un producto o servicio”. Simó concluyó que la clave está en “usar la IA a nuestro favor, manteniendo siempre el factor humano como el eje central de las decisiones”.
La economía de la intención plantea desafíos éticos y prácticos sobre la privacidad, pero también ofrece oportunidades para mejorar la experiencia del consumidor y optimizar procesos en diversas industrias. La pregunta que queda es: ¿hasta dónde estamos dispuestos a permitir que la tecnología anticipe nuestras decisiones?