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En entrevista para MVS Noticias con Manuel López San Martín, Gabriel Guerra Castellanos, colaborador de MVS Noticias, habló sobre qué dicen los nombres de los invitados internacionales de Sheinbaum a la toma de protesta.
Guerra Castellanos expresó su asombro ante la "longevidad de las crisis" entre México y España, indicando que desde 2019 el conflicto ha persistido sin que ninguna de las partes esté dispuesta a ceder. "Es inaceptable, innecesario, porque hay otras maneras de resolverlo", afirmó.
¿Hay tensión entre México y España?
El analista enfatizó la importancia de abordar estos problemas a través de canales diplomáticos, resaltando que "sabíamos que se iba a presentar esta situación, un cambio en el gobierno mexicano". Sin embargo, también reconoció la tensión existente, sugiriendo que "hay una responsabilidad de culpa y es un acto poco amistoso". Agregó que, desde el restablecimiento de relaciones, "nunca ha faltado", lo que refleja "cómo se han enfriado las situaciones".
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Guerra Castellanos mencionó que un evento aparentemente sencillo, como la declaración de la presidenta electa, se tornó en un tema complicado. "Se les fue un dedazo de la fundación de Tenochtitlán, pero era la caída", señaló, lamentando que en cinco años no se ha logrado resolver el conflicto. "Seguimos atorados en algo que no ha impedido los intercambios comerciales ni el flujo de inversiones", agregó.
México, indignado por la “respuesta” de España
El colaborador de MVS Noticias también destacó que las empresas españolas han enfrentado situaciones difíciles, subrayando que "han pagado cuentas ajenas". En cuanto a las relaciones gubernamentales, apuntó que, aunque se han mantenido, es importante recordar los problemas subyacentes. "Primero el presidente Obrador envía la carta, no recibe respuesta, se filtra allá, se arma un escándalo, aquí México se indignó", explicó.
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Al hacer referencia a otros países, Guerra Castellanos mencionó que "muchos países avanzados se han disculpado por eventos históricos", como Alemania y Gran Bretaña, y destacó que a ninguno de ellos "se les hayan caído las manos por hacerlo". En este contexto, opinó que "se podía ver una manera más amable de invitarlo", sugiriendo que la situación se había convertido en "una tormenta en un vaso de agua".
Finalmente, concluyó diciendo: "Me quedo con el deseo de Sheinbaum de normalizar las relaciones". Señaló que, aunque el tema es delicado, el presidente no actuó mal al plantearlo, y a pesar de la respuesta poco entusiasta de los españoles, "en México los sentimientos perduran".