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En su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, el periodista Óscar Balmen presentó su sección Nación Criminal, titulada "El pequeño Tamaulipas en Colombia donde los Zetas sobreviven".
En este trabajo, el reportero explora la inesperada y aterradora supervivencia de estos criminales en un rincón de Colombia, específicamente en Quibdó, donde estos criminales han encontrado un refugio y un nuevo terreno para extender su brutalidad.
Balmen explicó cómo en México se ha llegado a un consenso sobre la desaparición de Los Zetas, afirmando que “no existen”.
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¿’Los Zetas’ desaparecieron?
Sin embargo, aclaró que, aunque la organización ha sido prácticamente desmantelada en territorio mexicano, la realidad es diferente en otras partes del continente.
“Hay un lugar a 3 mil 140 kilómetros al sur de México donde Los Zetas aún existen. Y no sólo eso: prosperan. Una especie de embajada de Tamaulipas en Sudamérica”, comentó Balmen, refiriéndose a la ciudad de Quibdó en Colombia.
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Quibdó, descrito por el periodista como un "exuberante municipio colombiano, tan verde que parece pintado con óleos vivos", es un lugar que contrasta profundamente con la violencia que los criminales han llevado a esa región.
En ese contexto, los Zetas colombianos, aunque distintos a los originales, continúan sembrando terror.
“Son unos zetones distintos a los que vimos desfilar en sus monstruos en la frontera con Texas. Estos tienen la piel más oscura, el cabello crespo, el acento paisa y las cumbias les gustan más que los corridos”, señaló Balmen.
Así comenzaron Los Zetas en Colombia
Según el periodista, la presencia de Los Zetas en Colombia comenzó en 2015, cuando Omar Treviño Morales, uno de los líderes más sanguinarios del grupo, envió a Irineo Romero Sánchez a establecer vínculos con el Clan del Golfo.
Aunque el intento de revitalizar el cártel en México fracasó, Romero Sánchez logró crear una "embajada" zeta en Colombia.
Estos nuevos Zetas, aunque diferentes en muchos aspectos, mantienen la misma metodología de terror.
Son “eminentemente extorsionadores. Duros, sanguinarios, igual de asesinos”, explicó, y añadió que “si no se les pagan las cuotas que demandan, tirotean personas o queman negocios. Y para que el terror sea pedagogía, los crímenes más atroces se publican en redes sociales o se envían por Whatsapp”.
El reportaje culmina con la captura reciente de uno de los líderes de estos Zetas colombianos, conocido como “El Ever”, quien fue detenido en Quibdó junto a dos menores de edad que forzaba a empacar droga y limpiar armas.
Durante el arresto, las autoridades encontraron en su casa una bandera mexicana, “el máximo símbolo del horror que usan los Zetas que se niegan a morir”, concluyó Balmen.