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En su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, el periodista especializado en crimen organizado, Óscar Balmen, arrojó luz sobre un oscuro capítulo de la historia delictiva de México ocurrido en el tranquilo municipio de Autlán de Navarro, Jalisco.
Ahí, la policía municipal ha sido señalada como cómplice del temido Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), desempeñando un papel inquietante en la desaparición de personas y en la protección de presuntos capos.
En un país acostumbrado a la violencia del narcotráfico, este fin de semana marcó un hito perturbador en la historia criminal de México.
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¿Cómo se vinculan los policías a ‘Don Rodo’?
La defensa legal de Abraham Oseguera Cervantes, alias “Don Rodo”, un presunto capo vinculado al CJNG, logró su liberación de una prisión de máxima seguridad gracias a los testimonios de policías municipales de Autlán de Navarro.
Sorprendentemente, un juez federal aceptó estos testimonios para exculpar al acusado, a pesar de la abrumadora evidencia en su contra.
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Este caso pone de manifiesto la profunda infiltración del crimen organizado en las instituciones locales, incluida la policía municipal.
Los uniformados no solo están vinculados a la protección de criminales de alto rango, sino que también se les acusa de ser responsables de desapariciones forzadas, aprovechando su posición de autoridad para cometer atrocidades impunes.
El modus operandi de la policía municipal sugiere una colaboración activa con el CJNG para mantener el control sobre la región.
Deteniendo arbitrariamente a personas inocentes, especialmente aquellas con placas de fuera del estado, y desapareciéndolas sin dejar rastro, los agentes actúan como un escudo protector para los intereses del cartel.
Estos alarmantes hallazgos revelan una situación alarmante en la que las autoridades locales, en lugar de proteger a sus ciudadanos, están sirviendo a los intereses criminales.
El crecimiento exponencial de casos de desapariciones en Autlán de Navarro es solo la punta del iceberg de un problema mucho más profundo que requiere una acción inmediata y decisiva por parte de las autoridades estatales y federales.
El caso de Autlán de Navarro es un recordatorio escalofriante de los peligros del crimen organizado y la corrupción institucionalizada en México. Mientras los ciudadanos viven con el temor constante de convertirse en víctimas de la violencia desenfrenada, es imperativo que se tomen medidas urgentes para restaurar el estado de derecho y proteger los derechos humanos fundamentales de todos los mexicanos.