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En entrevista con Adrián Jiménez en ausencia de Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Leonardo Núñez, director de la unidad de investigación aplicada en ‘Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad’ habló de la anatomía de la corrupción y el estatus en la recta final de la gestión de AMLO.
Por cuarta ocasión se presentó la ‘Anatomía de la corrupción’ como una apuesta por reunir la información derivada de estudios, indicadores, encuestas y reportes sobre la corrupción en México.
La primera de estas se dio a conocer en 2015, una segunda edición en 2016, luego 2020 y ahora el documento que es coordinado por ‘Mexicanos contra la corrupción’ liderado por María Amparo Casar, que trata de recopilar la mayor cantidad de estadísticas, documentos e información que nos permitan saber de la manera más objetiva posible ¿cuál es el status de la corrupción en México?
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“Respondiendo directamente, hay 2 grandes grupos de información: la primera, es las malas noticias en el sentido de la corrupción de México que no ha desaparecido. Lo que tenemos es una serie de claroscuros en los que la corrupción en México sigue vigente. Hay algunas de las estadísticas que creo que vale la pena mencionar que aparecen ahí y que se recuperaron; por ejemplo, los datos de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto vemos que la tasa de prevalencia de corrupción hoy es 14% arriba de los que manejamos hace 10 años”, explicó el entrevistado.
Esto, representa, dijo, que con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a punto de concluir y con evidencia actualizada sobre el estado de la corrupción en México, lejos de poder documentar avances, hay estancamiento en el mejor de los casos y retrocesos en el peor.
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“Lo que sí vemos que ha cambiado es que justamente hay un discurso que trata de prestarse a esta realidad, de presumir que la corrupción se ha acabado casi, casi, por decreto y nos ha llevado a que dejemos de hablar y discutir con seriedad de estos problemas, pero son de los problemas que siguen aquí vigentes y que, pues no se pueden extraer y no se pueden esconder”, explicó.
Reiteró que el estudio revela muchos fenómenos preocupantes, “uno de los más duros es que la corrupción sigue siendo un impuesto altamente regresivo, es decir, le afecta más a quien menos tiene. Un dato que aparece dentro del estudio es que; por ejemplo, las familias que tienen ingresos mensuales menores a 2 mil 600 pesos no son las personas más pobres y dedican alrededor del 28% de sus ingresos todavía al costo de corrupción”.
Finalmente, detalló que este estudio es un corte de caja acerca del estado de la corrupción en México y también un diagnóstico que debería servir a la siguiente administración como punto de partida para identificar los retos y desafíos de esta agenda, largamente pospuesta.