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En su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Diana Alcaraz, jefa de información de ese espacio, abordó la reciente nacionalización de la empresa Exportadora de Sal por parte del gobierno mexicano, anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El anuncio tuvo lugar el pasado sábado 24 de febrero, coincidiendo con el día de la bandera, y se llevó a cabo tras la adquisición del 49 por ciento de las acciones pertenecientes a la japonesa Mitsubishi, por un monto de mil 500 millones de pesos.
Cabe destacar que el 51 por ciento restante ya estaba en posesión del Estado mexicano. La exportadora de sal se ubica en Guerrero Negro, Baja California Sur.
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La nacionalización se materializó gracias a la participación del fideicomiso de fomento minero, que aportó el 75 por ciento de la compra, y el resto fue financiado por el Servicio Geológico Mexicano.
El objetivo declarado por la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, es consolidar una política social enfocada en el desarrollo económico sostenible, empleo justo y remunerado, así como asegurar los recursos nacionales del país.
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La historia de Exportadora de Sal
La Exportadora de Sal, fundada en 1954, es líder mundial en producción de este elemento y cuenta con la camina más grande del mundo.
Produce más de 8 millones de toneladas de sal al año, siendo un recurso clave en diversas industrias como la farmacéutica, textil, química, de construcción y petroquímica.
A pesar de la narrativa oficial, un análisis realizado por el doctor Alberto Ortiz revela que en la última década la empresa ha enfrentado pérdidas significativas y ha sido objeto de acusaciones de corrupción.
Se estima que entre 2012 y 2022, Exportadora de Sal perdió cerca de 159 mil millones de pesos en ingresos potenciales, vendiendo la sal mexicana a un precio mucho más bajo de su valor de mercado.
La nacionalización de esta empresa se suma a otras acciones similares emprendidas por el Gobierno federal, como la adquisición de plantas de Iberdrola y la nacionalización de litio, como parte del proyecto de transformación para el México del siglo XXI promovido por el presidente López Obrador.
En resumen, la nacionalización de Exportadora de Sal plantea diversas implicaciones económicas y políticas, así como desafíos en materia de gestión y transparencia que requerirán atención en el futuro cercano, según Diana Alcaraz.