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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, el periodista Alejandro Domínguez, habló del gobierno de Bukele en El Salvador que presume 700 días sin homicidios vinculados con criminales o pandilleros.
El gobierno de Nayib Bukele en El Salvador parece estar haciendo historia al alcanzar más de 700 días sin homicidios vinculados a criminales o pandilleros. Este logro, ampliamente difundido por el gobierno salvadoreño, genera admiración y controversia, especialmente por las estrategias utilizadas, entre ellas un régimen penitenciario considerado extremo y un estado de excepción prolongado.
Ante esto, el periodista Alejandro Domínguez llevó a cabo una investigación dentro de una de las cárceles de este país, donde describe el sistema penitenciario salvadoreño como un lugar donde el crimen ya no manda.
“A diferencia de lo que ocurría hasta hace dos años, las cárceles ya no están controladas por los pandilleros. Ahora todos los presos están sometidos a un régimen extremo: permanecen mezclados en celdas con hasta 100 personas, sin colchonetas ni ningún lujo. Son 23 horas y media de encierro diario”, explicó.
Además, los líderes pandilleros ya no ejercen poder desde las prisiones, como ocurría antes. Esto ha sido posible gracias al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), un complejo carcelario diseñado para aislar completamente a los reclusos del mundo exterior.
“No reciben visitas, las audiencias judiciales se realizan por videollamada, y cualquier comunicación con el exterior está prohibida”, dijo.
Cárceles de El Saalvador: ¿Un éxito o un modelo insostenible?
El gobierno asegura que los prisioneros están donde merecen estar. Según las autoridades, los internos en la CECOT tienen antecedentes documentados de crímenes graves como homicidio, secuestro y violación. Las sentencias mínimas son de 30 años y las máximas superan los 260 años.
“Por el simple hecho de ser pandilleros, son considerados terroristas, y el gobierno planea que no salgan nunca de prisión”, añadió Domínguez.
Por su parte, los críticos alertan sobre posibles excesos del sistema. Aunque el hacinamiento sigue siendo un problema, ahora está controlado por el gobierno y no por los pandilleros.
Sin embargo, un experto en seguridad consultado por Domínguez advirtió que el régimen de excepción, renovado repetidamente gracias al control de Bukele sobre el Congreso y el sistema judicial, ha desdibujado las líneas entre la justicia y la represión.
“En El Salvador, hay miedo de lo que pueda pasar si este control se rompe o si el poder absoluto del presidente se convierte en una herramienta de represión indiscriminada. Por ahora, los salvadoreños están tranquilos, pero el futuro es incierto”, reflexionó el periodista Alejandro Domínguez al hablar del gobierno de Bukele en El Salvador, que presume 700 días sin homicidios vinculados con criminales o pandilleros.